Desde temprano, miles de capitalinos recorrieron ayer plazas, tiendas departamentales, de autoservicio, romerías y calles del Centro Histórico con el fin de tener listos los regalos por la tradicional celebración del Día de los Santos Reyes Magos, que en algunos casos se volvió un peregrinar, como el de Sofía, quien en su recorrido visitó dos locales de Plaza Universidad para buscar, sin éxito, un bitzee.
“Es como un tamagochi virtual”, explicó a un vendedor de la juguetería de Walmart contigua y le mostró la foto en su celular, pero tampoco allí lo vendían. No lo tienen, vámonos
, apuró a su mamá que la acompañaba.
En El Palacio de Hierro de Mítikah, Paola tampoco halló lo de su hija Carla, de 9 años: la Barbie patinadora, aunque había revisado en línea, allí aparecía que sí había
, y tampoco encontró las otras dos opciones que anotó en su carta: la del overol rosa o la vaquera.
Las calles del Centro estuvieron abarrotadas, desde Eje 1 Norte hasta Del Carmen, en la últimas romerías de la temporada, donde David Beltrán, quien llegó de Veracruz la semana pasada para pasar el Año Nuevo con su familia, se anticipó para librarse de los tumultos y el 30 de diciembre fue a buscar los juguetes de sus sobrinos, pero arribó una de sus hermanas con hijos y debió volver por un carrito de control remoto que le costó 390 pesos y un nenuco de 90.
Cartitas para los enfermos
En tanto, más de 40 menores recibirán a los Reyes en el Hospital Pediátrico Coyoacán de la Secretaría de Salud local, entre lactantes y niños en edad prescolar, como Óscar, de nueve meses, quien pasó su primera Navidad y Año Nuevo allí al ingresar a urgencias el 23 de diciembre con un cuadro de neumonía y tardó nueve días en estabilizarse, contó su abuela Carmen, quien estaba de guardia a su cuidado ya en el área de recuperación.
Enfermeros, técnicos y trabajadores administrativos dejaron el uniforme blanco, las batas y corbatas por túnicas, turbantes y coronas, algunos por botargas de dinosaurio, para alegrar a los menores que permanecen internados y a quienes fueron a consulta externa.
De las 49 camas, 42 estaban ocupadas, en su mayoría por niños con padecimientos respiratorios, que se incrementan en esta temporada, explicó María del Carmen Jaimes Torres, directora del nosocomio.
El pasillo de urgencias estaba decorado con globos de los que colgaban cartas hechas por el personal del área: Queremos que los niños enfermos se recuperen y regresen a sus casitas a jugar y ser muy felices
.