Kermán, Irán. Las autoridades iraníes vincularon este viernes a Israel y Estados Unidos con un atentado suicida reivindicado por el grupo Estado Islámico durante el funeral de algunas de las 89 personas que murieron en el incidente, tratando de entrelazar el ataque con las tensiones más extensas en Oriente Medio derivadas de la guerra entre Israel y Hamás.
El presidente iraní Ebrahim Raisi y el comandante en jefe de la fuerza paramilitar de Irán, la Guardia Revolucionaria, trataron de establecer el vínculo sin ofrecer pruebas de sus afirmaciones. La multitud congregada ante los féretros envueltos en banderas gritó en respuesta: ”¡Muerte a Estados Unidos!” y ”¡Muerte a Israel!”.
“El enemigo siempre ve el poder de la República Islámica. El mundo entero está reconociendo este poder y esta capacidad”, dijo Raisi, sin nombrar directamente a algún país. “Estén seguros, la iniciativa está en manos de nuestras poderosas fuerzas. El lugar y el momento serán determinados por nuestras fuerzas”.
La televisora estatal iraní también trató de implicar a Estados Unidos con el ataque. En un momento dado, volvió a emitir unas declaraciones realizadas en 2016 por Donald Trump, que entonces era candidato a la presidencia del país, quien acusó erróneamente a su predecesor Barack Obama de ser el “fundador” del grupo extremista.
Los críticos han culpado a la decisión de Obama de retirar sus tropas de Irak en 2011 de permitir que el grupo, que en su día fue una filial de Al Qaeda, se expandiera y llegara a controlar grandes franjas de Irak y Siria en su autoproclamado califato en 2014. Durante los gobiernos de Obama y Trump, los soldados estadunidenses combatieron junto a las fuerzas aliadas para recuperar el territorio.
El general Hossein Salami, el comandante de la Guardia Revolucionaria, trató de hacer la conexión de manera similar.
“Sólo pueden actuar como agentes y mercenarios de la política estadunidense y del sionismo”, dijo Salami. “Pero les hacemos esta advertencia: ...dondequiera que estén, los encontraremos. No pueden evitar el castigo divino desapareciendo. Si viven mil años, los encontraremos”.
En el atentado del miércoles, un suicida se inmoló y otro siguió sus pasos 20 minutos más tarde, mientras civiles y los equipos de emergencias trataban de ayudar a los heridos en Kermán, a unos 820 kilómetros (510 millas) al sureste de la capital, Teherán. El ataque tuvo como objetivo un homenaje al general Qassem Soleimani, quien murió en 2020 en un ataque de un dron estadunidense mientras comandaba a la Fuerza Quds en Bagdad, Irak.
Soleimani había formado parte de la respuesta iraní a la presencia de Estado Islámico en Siria, mientras se centraba en mantener al asediado presidente, Bashar Assad, en el poder. Además, tenía amplios contactos en grupos en todo Oriente Medio, incluyendo Hamás. Pero Washington, que mató a Soleimani como parte de las tensiones en torno a su fracaso acuerdo nuclear con las potencias mundiales, consideraba al general como la mente pensante de las letales bombas camineras que mataron a soldados estadunidenses en Irak.
Los dos ataques del miércoles dejaron al menos 89 fallecidos y alrededor de 280 heridos, dijeron las autoridades en una actualización de las cifras el viernes. Los ataques han sido condenados por varios países, incluso en medio de las mayores tensiones de Irán con Occidente por su programa nuclear.
El papa Francisco ofreció el pésame en Telegram y expresó su profunda tristeza por “la pérdida de vidas causada por las recientes explosiones en Kermán”, dijo el Vaticano el viernes.
Francisco “invoca sobre todo el pueblo iraní las bendiciones de sabiduría y paz del Todopoderoso”, señaló el Vaticano.
El grupo Estado Islámico reivindicó el atentado el jueves en un comunicado en el que identificó a los dos atacantes y describió el incidente como parte de una nueva campaña vinculada a la guerra israelí en la Franja de Gaza.