Lisboa. El primer ministro portugués, Antonio Costa, que dimitió después de verse salpicado por un escándalo de tráfico de influencias, es ahora sospechoso de prevaricación, indicó la prensa local el viernes.
Según el medio Observador, que no citó su fuente, el jefe del gobierno socialista habría participado en la elaboración de una ley de ordenación territorial que benefició a una empresa que quería construir un megacentro de datos cerca del puerto de Sines.
Este “data center” de la empresa Star Campus, creada por el fondo de inversión estadounidense Davidson Kempner Capital Management y su socio británico Pioneer Point Partners, representaba una inversión de 3 mil 500 millones de euros (3 mil 800 millones de dólares), anunció la sociedad en 2021.
Observador afirmó que los magistrados del ministerio público interceptaron conversaciones telefónicas entre un jurista al servicio del gobierno y un responsable de Star Campus, que daban a entender que el primer ministro se implicó personalmente en la reforma legal, adoptada en 2023.
Portugal entró en una crisis política tras una serie de detenciones y de registros que llevaron a la inculpación del jefe del gabinete de Costa y de su ministro de Infraestructuras, en un caso de tráfico de influencias relacionado con el “data center” de Sines.
La fiscalía indicó que el jefe del gobierno era objeto de una investigación separada, llevada a cabo por la Corte Suprema de Justicia.
Costa, que dirigía el país desde finales de 2015, dimitió y precisó que no se presentaría a un nuevo mandato.
El delito de prevaricación, castigado con una pena de dos a ocho años de cárcel según la ley portuguesa, es una infracción cometida por un funcionario electo que interviene en el marco de sus funciones para beneficiar o perjudicar a alguien.
Preguntado el viernes por la información del medio el Observador, Costa insinuó que no había sido informado de la investigación llevada a cabo por la fiscalía y que se había enterado a través de la prensa.
Afirmó que tenía la misma curiosidad que los periodistas sobre el supuesto caso: “Es idéntica a la mía. Cuando la justicia me querrá hablar, estaré orgulloso de aclarar las dudas que pueda haber. Pero como pueden entender, no hablaré a la justicia a través de los medios”.
“Quizás me han puesto de rodillas, pero no me han vencido y tampoco han vencido al Partido Socialista”, añadió en un discurso ante los delegados de su partido.