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La guerra sucia del gasolinazo

04 de enero de 2024 00:03

Gasolinazo es un mexicanismo que se refiere a alzas importantes y repentinas en los precios de las gasolinas. Viene de tiempos del PRIAN, cuando se iniciaba el año con un alza en dichos precios. En 2017, durante el peñato fue tan desmesurado y repentino que causó una reacción social de la misma magnitud. La aprobación de Peña terminó de destruirse y fue uno de los principales signos de inicio del fin del prianato. El PRI retuvo el Edomex, por muy escaso margen, pero era claro que no retendría la Presidencia. Desconectados de la realidad, los que “sí sabían” lo festejaron como algo “responsable y necesario que no impactaría en la economía familiar, porque los pobres no comen gasolina”. Así lo dijo el entonces secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, el 11 de octubre de 2018, en el Senado, para defender el aumento de 77 por ciento (8.4 pesos por litro) en el precio de las gasolinas durante el sexenio de Peña, “los pobres no comen gasolina, comen tortilla, pollo, leche”. Los senadores priístas y panistas aplaudieron dicha frase (la precandidata del PAN tomó posesión como senadora el 1º de septiembre de 2018).

Regresando al presente, el 2 de enero circuló la notica de que se iniciaba 2024 con un “nuevo gasolinazo”. La precandidata del PAN retomó la noticia falsa y lo mismo hicieron todos los “ciudadanos apartidistas”. Decían que la gasolina Magna había alcanzado un promedio de 28.99 pesos por litro. Como evidencia, ofrecían dos pruebas, un “pantallazo” de información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del aumento al impuesto especial a productos y servicios (IEPS). La candidata y los “ciudadanos apartidistas” decían que 28.99 era el precio promedio y que esto era por el “impresionante” aumento del IEPS.

La realidad es que, por desconocimiento o malintencionados, replicaron una mentira. No hubo gasolinazo. Los precios promedio de la gasolina Magna se mantuvieron estables al inicio de 2024. De acuerdo con la plataforma Ombudsman Energía México, los precios de la Magna, durante la primera semana de diciembre frente a los vigentes en esta semana, aumentaron cuatro centavos (de 22.38 a 22.42). Así es, la oposición y los ciudadanos apartidistas, gritaron “gasolinazo” porque aumentó cuatro centavos, o 0.17 por ciento.

¿Qué llevó a la oposición a esta “confusión”? Encontró tres gasolineras en un municipio de Veracruz que reportaron a la CRE que ofertaban la Magna en 28.99 por litro. Buen momento para recordar que existen unas 13 mil estaciones en todo el país, por lo que basar una noticia y una campaña en tres, es mala idea. También veían como evidencia irrefutable del gasolinazo que en el DOF se había publicado un aumento al IEPS y que no habría estímulo fiscal esta semana, es decir, se cobraría completo el monto del IEPS. Primero hay que decir que el monto del IEPS se actualiza cada año, conforme a la inflación, y se hace así desde 2016. Este año el aumento fue de 4.3 por ciento. Segundo, hay que recordar que los precios de la gasolina son una suma de costos que incluye, precios de referencia internacionales, logística, impuestos (IVA, IEPS), margen de comercialización. Por lo que asegurar que hay gasolinazo porque uno de estos factores aumentó, es, por lo menos, deshonesto.

Llama la atención que los ciudadanos apartidistas que llamaban a no cobrar el IEPS para que la población se viera beneficiada son los mismos que cuando en 2022, con un contexto internacional muy complicado, se dejó de cobrar el IEPS, para beneficiar a la población, y controlar la inflación (medida exitosa), dijeron que la medida era “irresponsable” y “populista”. Resulta curioso que la oposición no se haya dado cuenta de que van seis semanas seguidas que no hay estímulo fiscal y el precio de las gasolinas se ha mantenido estable. Esto es posible por el fortalecimiento del peso ante el dólar, así como por una baja en los precios del petróleo, ambos, importantes conceptos en la fórmula que determina el precio final.

Por último, comenzaron a justificar que, si bien no había gasolinazo, si había subido respecto de 2018, cuando costaba 19.2 pesos el litro. Para un análisis correcto, hay que considerar la inflación, por lo que, 19.2 pesos de 2018 son equivalentes a 24.88 en 2023. Es decir, si el aumento del precio hubiera sido sólo conforme a la inflación, la gasolina debería costar 24.88 el litro. Sin embargo, cuesta 22.42, 10 por ciento menos. En términos reales, la gasolina ha bajado 10 por ciento este sexenio. Por último, el aumento de más de 20 por ciento en el salario medio real (por arriba de la inflación) y de casi 100 por ciento en el minisalario hace que, para la mayoría, la gasolina represente un menor porcentaje del gasto. En 2017, el estallido social en respuesta al incremento duró más de dos meses. Hoy no hay estallido, por más que la derecha propague fake news, la realidad se impone.

*Maestro en finanzas en el sector energético por la Universidad de Edimburgo. Especialista en temas energéticos.

X: @aloyub



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