Washington. El sector manufacturero de Estados Unidos volvió a contraerse en diciembre, aunque el ritmo de caída se ralentizó en medio de un modesto repunte de la producción y una mejora del empleo en las fábricas.
El Instituto de Gestión de Suministros (ISM) indicó el miércoles que su PMI manufacturero aumentó a 47.4 en diciembre tras permanecer sin cambios en 46.7 durante dos meses consecutivos.
Fue el decimocuarto mes consecutivo en que el PMI se mantuvo por debajo de 50, lo que indica contracción en el sector manufacturero. Es el periodo más largo desde agosto de 2000 a enero de 2002.
Los economistas encuestados por Reuters habían previsto que el índice subiera hasta 47.1. Según el ISM, una lectura del PMI inferior a 48.7 durante un periodo de tiempo suele indicar una contracción de la economía en general. Sin embargo, es probable que el ISM y otras encuestas de fábricas exageren la debilidad del sector manufacturero.
Los llamados datos duros sugieren que el sector manufacturero, que representa 10.3 por ciento de la economía, avanza a buen ritmo. Los pedidos de bienes manufacturados de larga duración registraron un fuerte aumento anual en noviembre. Aunque la producción fabril ha sido débil, la magnitud de la caída ha sido menor en los últimos meses.
La economía sigue expandiéndose, creciendo a un ritmo anual de 4.9 por ciento en el tercer trimestre. Las previsiones de crecimiento para el trimestre octubre-diciembre alcanzan actualmente un ritmo del 2.0 por ciento.
El subíndice de nuevos pedidos de la encuesta ISM cayó a 47.1 el mes pasado, frente a 48.3 en noviembre.
La producción en las fábricas repuntó, con un subíndice de 50.3 desde el 48.5 de noviembre. La producción podría mejorar aún más, ya que una medida de los inventarios de los clientes volvió a caer por debajo del nivel 50 después de subir en noviembre a lo que el ISM dijo que era el extremo superior de “justo”.
Varios fabricantes citaron en noviembre la necesidad de reducir los niveles de existencias.
La moderación de la demanda contribuyó a deprimir aún más los precios en la puerta de fábrica, señal de que la deflación de bienes podría prevalecer durante algún tiempo. El índice de precios pagados por los fabricantes bajó a 45.2 desde el máximo de siete meses de 49.9 registrado en noviembre.
La medición de las entregas de los proveedores subió a 47,0 desde 46,2 del mes anterior. Una lectura por debajo de 50 indica una aceleración de las entregas.
El empleo en las fábricas repuntó, aunque siguió siendo débil en un contexto de bajas, congelación de la contratación y despidos. El indicador de la encuesta sobre el empleo en las fábricas subió a 48.1 desde 45.8 en noviembre. Esta medida no ha sido un indicador fiable de las nóminas del sector manufacturero en el informe de empleo del gobierno, que se sigue muy de cerca.