Oración de año Nuevo: Despierta, porquería. / Ponte de pie, basura, hilacho, / cajón de mala muerte. // Despierta. Son las diez. Revive. Las doce de la madrugada, / Zúrcete, sábana raída. / Bébete, botella / desechable. Ya es la una. / Cómete, plato / con restos de frijoles. / Anda, enderézate, sacúdete, / cerveza tibia, mosca de panteón, / fastidio de domingo. / Levántate de tu saliva y de tu mierda. // Súmale voces al estruendo, / polvo al polvo, / arrugas a tu cara y a mi cara.
El fin: Con este año se termina / todo. Con este / diciembre de todos los diciembres. / Con este treinta / de febrero. // Con este día que no es lunes / pero cierra la puerta de todos / los domingos. // Apenas transcurrido este minuto / (tanto que me gustaron siempre / los minutos) / lo que ayer / todavía / era todo // ya no es nada.
Poemas ad hoc para estos días, aunque no faltará a quien le parezca que citados en inverso orden, procedentes del libro Desviación vertical disociada*, nombre de una afección ocular no grave y susceptible de no ser percibida que padece el autor, Luis Vicente de Aguinaga, quien con título tal obtuvo el Nacional Premio de Poesía Ramón López Velarde.
Lírica del tiempo, lírica del cuerpo, ya reflexiva, ya descriptiva, metapoesía a veces y otras humorística (no: de buen humor), la de esta entrega es claramente atenta, perceptiva, cuidada, cuidadosa, limpia; observadora y asimismo (muestra libre, que no gratuita, confianza en el lector) conversadora.
Preparación para la infancia: Toda la vida preparándome // para tener cinco, seis años, // para elegir el postre sin errores, / el juego conveniente / y el amigo perfecto, / sin problemas de horario ni cambios imprevistos / de salud, temperamento, domicilio // y al final esa infancia nunca llega, / la segunda, la última, / la que llevo cien años mereciéndome // –y si llegara, de qué me serviría, / porque ser intachables y sensatos, / perfectos, convenientes, / no es lo que nadie quiere / al tener cinco, seis años, // de los postres, / los juegos, / los amigos.
Hablando de amistad, la cotidianeidad (tiempo), lo epigramático (lo reflexivo si filoso), intereses también del tapatío, se hacen patentes en Por los viejos amigos, texto en que parece resonar cierto áspero, crítico poeta: Sergio Cordero –paisano suyo y nuestro avecindado ya hace décadas en la ciudad de Monterrey.
* Universidad Autónoma de Zacatecas, 2022.