Kiev. Rusia lanzó el sábado en la noche un nuevo ataque con aviones no tripulados contra Ucrania luego de prometer que los ataques sobre la ciudad fronteriza de Belgorod perpetrados unas horas antes y en que murieron 24 personas “no quedarían impunes”.
La Fuerza Aérea ucrania informó el domingo que derribó 21 de los 49 drones lanzados por las fuerzas del Kremlin durante la noche.
Veintiocho personas resultaron heridas en un ataque de represalia en la ciudad oriental de Járkiv, indicó el gobernador de la provincia, Oleh Syniehubov, el domingo. Un hotel céntrico, edificios de apartamentos y administrativos, un jardín de infantes y tiendas sufrieron daños, de acuerdo con la fiscalía regional.
El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que impactó “centros de toma de decisiones e instalaciones militares” en la ciudad y reportó que su ataque contra el Hotel Palacio de Járkiv había “destruido a representantes de la Dirección Principal de Inteligencia y de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, implicados en el “ataque terrorista” en Belgorod.
El ministro del Interior ucranio, Ihor Klymenko, dijo que un periodista británico estaba entre los heridos, y la emisora pública alemana ZDF reportó el domingo que uno de sus equipos de televisión había estado en el hotel. Un traductor ucranio fue alcanzado por los escombros y resultó gravemente herido, y uno de los guardias de seguridad del equipo también resultó herido, detalló ZDF en un comunicado.
“Este es otro ataque de Rusia a la prensa libre”, afirmó la directora editorial del ZDF, Bettina Schausten.
En la región de Kiev que rodea la capital, un ataque con un dron ruso provocó un incendio en una instalación de infraestructura crítica, apuntaron funcionarios locales, que no ofrecieron más detalles.
Las tropas rusas bombardearon además la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, el domingo, matando a un niño de 14 años y dejando a un niño de 9 años hospitalizado en estado crítico con una lesión cerebral, según el gobernador regional Oleksandr Prokudin.
La ofensiva del Kremlin se produjo después que un bombardeo sobre Belgorod, en el centro de Rusia, causó 24 muertos, incluyendo tres niños. Otras 108 personas resultaron heridas en el ataque, indicó el gobernador de la provincia, Vyacheslav Gladkov, el domingo, lo que lo convierte en uno de los más letales en territorio ruso desde el inicio de la invasión a Ucrania hace 22 meses.
Las autoridades rusas acusaron a Kiev del ataque, que se produjo a su vez luego de una ofensiva aérea rusa que se prolongó por 18 horas y mató a al menos 41 civiles en toda Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que identificó la munición empleada en el ataque como cohetes Vampire de fabricación checa y misiles Olkha equipados con ojivas de racimo. No ofreció más detalles y The Associated Press no pudo verificar sus afirmaciones.
“Este crimen no quedará impune", afirmó el ministerio en un comunicado en redes sociales.
En una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigida por Moscú el sábado en la noche, el enviado del Kremlin, Vasily Nebenzya, acusó a Kiev de un “ataque terrorista”. En declaraciones publicadas por los medios estatales rusos, Nebenzya afirmó que Ucrania había perpetrado “un acto deliberado de terrorismo dirigido contra la población civil”.
Los ucranios se están preparando para nuevos ataques. El año pasado, un ataque ruso en Nochevieja mató a al menos tres civiles.