Los precios del petróleo cerraron 2023 con una pérdida de 10 por ciento, tras dos años de alzas, y de 20 por ciento desde su precio máximo en el año.

En la sesión el referente europeo Brent cedió 10 centavos a 77.04 dólares el barril para entrega en marzo, en su primer día como contrato de referencia; el estadunidense West Texas Intermediate (WTI) para entrega en febrero bajó 12 centavos a 71.65 dólares, en una jornada de escasa actividad.

Por su parte, la mezcla mexicana de exportación perdió 89 centavos, al cerrar en 67.65 dólares el barril.

En la semana, retrocedió 2.29 dólares (3.34 por ciento) y en el año cedió 2.06 dólares (2.95 por ciento).

Con ello, el precio del crudo mexicano terminó el año por debajo de su cotización de 68.7 dólares fijados en la Ley de Ingresos de 2023.

Las preocupaciones geopolíticas, los recortes de producción y las medidas de los bancos centrales para frenar la inflación provocaron fuertes fluctuaciones en los precios durante el año que concluye, que los condujo a sus niveles más bajos de finales de año desde 2020, cuando la pandemia golpeó la demanda e hizo que los precios cayeran en picada.

“La persistente amenaza de una prolongación del conflicto en Medio Oriente obliga a los mercados petroleros a seguir vigilantes ante los riesgos de suministro”, comentó Han Tan, analista de Exinity.

La débil reacción del mercado se debe a que la “prima de riesgo geopolítico” ya se ha “incorporado a los precios”, explicó.

Los esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) por reducir la producción, y las tensiones geopolíticas “fueron sorprendentemente ineficaces para estimular el apetito por el petróleo este año”, señaló Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote.

Los precios se dispararon cuando el movimiento islamista palestino Hamás lanzó una ofensiva contra Israel el 7 de octubre y el mercado empezó a temer interrupciones del suministro. Aunque el ataque no tuvo repercusiones inmediatas en el equilibrio entre la oferta y la demanda de petróleo, suscitó fuertes temores, en particular sobre la posible implicación de Irán en el conflicto.

El Brent llegó a acercarse a los cien dólares el barril a finales de septiembre, impulsado por el temor a una importante escasez de oferta en el mercado a finales de año. Desde entonces, los precios han caído bruscamente, ya que la pérdida de poder del grupo y los desacuerdos entre sus miembros han dejado a los inversores más escépticos.

Por su parte, el oro, cotizó en la sesión en alrededor de 2 mil dólares por onza, con lo que anotó su mejor año desde 2020, debido a las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos comience a bajar las tasas de interés en marzo del próximo año.