Londres. Este año podría pasar a la historia como uno de los más inusuales de todos los tiempos en los mercados financieros, sobre todo porque todo parece haber salido bien a pesar de muchas turbulencias y que muchas predicciones resultaron erróneas.
Por ejemplo, los mercados de renta variable. Las acciones mundiales han subido más de 20 por ciento a pesar de las tasas de interés más altas de las últimas décadas y de una minicrisis que acabó en el primer trimestre del año con uno de los bancos más conocidos de Europa, Credit Suisse, y con otros más pequeños de Estados Unidos.
En los mercados de renta fija, hace sólo unos meses los inversores esperaban que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, banco central) y compañía subieran las tasas y las dejaran ahí hasta que comenzaran las recesiones. Ahora, los mercados de renta fija esperan que los bancos centrales se embarquen en una oleada de bajadas de tasas de interés, con la inflación aparentemente domada.
Los gigantes de la tecnología entre los más ganadores
Otras áreas de los mercados han experimentado giros bruscos que resultan desconcertantes. El bitcóin ha subido casi 160 por ciento en el año.
Algunos de los bonos de los mercados emergentes más castigados han logrado ganancias de tres dígitos, mientras que los “siete magníficos” de los gigantes tecnológicos han experimentado una subida de 97 por ciento en conjunto.
“Si me hubieran dicho a principios de año que tendríamos una crisis bancaria regional en Estados Unidos y que Credit Suisse dejaría de existir, no estoy seguro que hubiéramos adivinado que veríamos el año que hemos tenido para los activos de riesgo”, declaró Andrew Balls, director de Inversiones de Renta Fija Global de PIMCO.
El resultado ha sido una rentabilidad de entre 3.5 y 6.5 por ciento de la deuda pública y un repunte de 10 billones de dólares de las acciones mundiales.
El valor de las acciones de Meta se ha disparado 197 por ciento y las de Tesla 105 por ciento.
El compuesto tecnológico Nasdaq, uno de los tres principales índices de la bolsa de Nueva York, está en la cúspide de su mejor año en dos décadas, mientras que la firma Nvidia se ha catapultado casi 240 por ciento por la demanda de chips semiconductores para el desarrollo de inteligencia artificial (IA), entrando al club del billón de dólares.
Camino de baches
En marzo, la quiebra de Silicon Valley Bank, un prestamista estadunidense de tamaño medio, y el rescate de Credit Suisse, de 167 años de antigüedad, desencadenaron una caída de las acciones mundiales, que perdieron 10 por ciento ganado en enero.
La búsqueda de seguridad hizo subir al oro 7 por ciento y los rendimientos de la deuda pública estadunidense y europea –principales impulsores de los costos del endeudamiento mundial– registraron su mayor caída mensual desde la crisis financiera de 2008.
La constante subida de las tasas de interés en todo el mundo hizo sudar la gota gorda a los inversores durante el verano boreal, y en octubre los ataques de Hamás en Israel agudizaron las tensiones geopolíticas.
Monedas
En los mercados de divisas, el dólar ha bajado un apenas perceptible 2 por ciento en el año. Pero la aparente reticencia de Japón a subir las tasas de interés y la vacilante economía china hacen que el yen y el yuan bajen 7.5 y 3 por ciento, respectivamente.
Como de costumbre, los mayores movimientos se han producido en los mercados emergentes.
Los esfuerzos de Turquía por resolver sus problemas económicos tras la reelección de Tayyip Erdogan no se han visto facilitados por otra caída de 35 por ciento de la lira turca.
Egipto ha devaluado su moneda 20 por ciento, Nigeria ha recortado la naira 50 por ciento y el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, acaba de depreciar el peso argentino a la mitad.
Pesos fuertes
En el lado positivo, los pesos de Colombia y México subieron alrededor de 25 y 15 por ciento.
El esloti polaco escaló casi 12 por ciento, seguido de la divisa de las principales economías con mejor comportamiento, el franco suizo, que ganó diez por ciento para anotarse su mejor año desde 2010.
Ida y vuelta
Uno de los viajes de ida y vuelta más notables es que el rendimiento del bono del Tesoro estadunidense a 10 años termina el 2023 casi exactamente donde empezó a pesar que subió 5 por ciento en octubre.
El Banco de América (BofA) calcula que la batalla contra la inflación ha producido unas 125 subidas de tasas de interés en todo el mundo este año frente a 60 recortes.
Si se suman los 18 meses anteriores, el total es de 510 subidas, lo que se compara con algo más de mil 370 recortes desde la crisis financiera mundial de 2008. Y los recortes volverán a dominar el año que viene, con unas 150 bajadas frente a 40 alzas.
La gran discrepancia, sin embargo, es que la Fed sólo ha recortado las tasas con el desempleo tan bajo como ahora en cinco veces en los últimos 90 años.
Fiebre electoral
El Nikkei japonés se ha revalorizado 20 por ciento en términos de dólares y 28 por ciento en yenes, lo que supone su mejor año en una década.
Los problemas inmobiliarios siguen lastrando a China, lo que ha repercutido en los precios del petróleo, que han bajado cerca de 10 por ciento en el año. Mientras los del oro subieron 11.5 por ciento.
Otros valores destacados son los bonos de El Salvador, que luchan por salir del impago y han registrado una rentabilidad de 117 por ciento en el año.
El alivio de las sanciones de Estados Unidos ha disparado los bonos de Venezuela 157 por ciento, y los de Pakistán y Sri Lanka han ganado 100 y 71 por ciento, respectivamente.
El año que viene no será tranquilo en el frente político.
Hay más de 50 elecciones importantes programadas para el próximo año, incluidas las de Estados Unidos, México, Taiwán, India, Rusia y probablemente Reino Unido. Esto significa que votarán países que aportan 80 por ciento de la capitalización bursátil mundial y 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial.
Taiwán dará el pistoletazo de salida con las elecciones del 13 de enero, seguidas días más tarde por las primarias de Nuevo Hampshire para las presidenciales estadunidenses de 2024.
La primera bajada de tasas de la Fed está prevista para el 20 de marzo, mientras que las reuniones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y del grupo de las mayores siete economías del mundo (G7) se celebrarán en junio.