Acapulco, Gro. Unos 10 autobuses de pasajeros lucían estacionados en el acceso principal a la playa Revolcadero, a través del paseo de los manglares, el miércoles después de mediodía, lo que representó la reactivación en esta playa de la zona Diamante tras el paso del huracán Otis.
"Hasta hoy llegaron los turistas", enfatizó la responsable del restaurante Denise, conocida como doña Charo, quien señaló que tuvo que pagar 5 mil pesos por arreglar y enderezar las rejas de su local.
Recordó que "el sol estaba muy caliente cuando empezamos a arreglar, estaba horrible, nos estamos apurando para estar el cien, pero me cobraron 5 mil pesos ".
Advirtió que un tanque de gas de 20 litros nuevo cuesta 2 mil 500 pesos, "yo quiero el tanque completo, el huracán me lo echó a perder".
Unas 40 enramadas fueron reinstaladas con antelación sobre la franja de arena para recibir a los turistas.
Algunos prestadores de servicios aún trabajan contra el tiempo para establecer las condiciones necesarias para comenzar a laborar este 29 de diciembre.
Uno de ellos es Ricardo Genchi Vargas, propietario de La cabaña de Gina, quien explicó que los precios son elevados y la reconstrucción será costosa, pues"está todo carísimo", por lo que la ayuda del gobierno federal que ha recibido es importante.
"Estoy haciendo mi cabaña pues la se la llevó Otis, se llevó la estufa, congeladores, todo el producto de marisco, me dejó sin nada, sin tenedores, sin platos", mencionó Genchi Vargas, quien agregó que "estamos haciéndolo de nuevo, como si volviera nacer, el apoyo del gobierno federal la verdad se ha reflejado para poder empezar a reconstruir los negocios".
Detalló que "me estoy apurando, vamos con la estructura, será algo provisional, nos va llevar repararlo todo seis meses, lleva pared, piso de colocación", y estimó que el costo para la reconstrucción total podría ser de hasta un millón de pesos.
En la orilla de la playa Revolcadero decenas de familias, procedentes de Guanajuato, Morelos, Puebla, Estado de México, Ciudad de México, nadan entre sus olas bajo el cielo nublado que prevaleció el miércoles en Acapulco.
Si bien no todas las familias consumen en grandes cantidades, es posible ver recorrer viandas suculentas de platillos tropicales entre las cocinas y las mesas dispuestas a unos metros del mar.
Don Rodrigo se dice satisfecho porque ha realizado dos rentas de tabla para hacer bodyboard, cada una en 50 pesos la hora.
En la desembocadura al mar de la laguna negra de Puerto Marqués es posible ver porcinos que se sumergen en el agua, aves tropicales diversas y hasta un cocodrilo aventurero que se adentra hacia la zona de los manglares sobrevivientes y dañados por el huracán.
Conforme baja el nivel del agua en la laguna negra de Puerto Marqués emerge también la basura que se desbordó con las lluvias de la temporada, como sillas y mesas.
En la playa, las familias disfrutan, se escucha música para bailar desde algunas mesas, bañistas colocan sillas en la espuma de las olas y algunos eligen jugar fútbol, una joven de León, Guanajuato, recuerda con su familia a su esposo con un corazón en la arena, en una algarabía colectiva que fluye suavemente, mientras a lo lejos se observan torres de condominios que resultaron arruinadas por el huracán Otis el pasado 25 de octubre.