La Habana. Tres personajes y más en una sola persona, es el británico Ralph Fiennes, reconocido por la variedad de papeles desempeñados en el cine, quien se desdobla con facilidad y con un sentido de la actuación a prueba de talento.
Su capacidad interpretativa se ajusta al personaje que le den y, a la vez, Fiennes abre su diapasón como actor a cualquier propuesta entremanos. Ya lo demostró en El paciente inglés (1996).
Dirigida por Anthony Minghella, basada en la novela homónima de Michael Ondaatje y ambientada durante el periodo de entreguerras, resultó ser la cinta más premiada en la gala de los premios Óscar de 1996, con nueve estatuillas de 12 candidaturas, y un gran éxito de taquilla, filmada en Túnez y en Italia.
Las estelares actuaciones de la francesa Juliette Binoche y de la británica Kristin Scott Thomas, de igual forma, encendieron pasiones debido al nivel de ambas actrices.
Alguien en una ocasión precisó con un detalle milimétrico: “Daría mi primogénito por Ralph Fiennes. Cuando Fiennes (con 60 años ahora) recorría el cuello de Kristin Scott-Thomas y bautizaba su sinoide vascular como Bósforo de Almasy, aquello fue arrollador y Hollywood no tardó en demostrar que no iba a ser fácil encasillarlo.
Histrionismo probado
¿Qué decir? Sólo se puede exclamar: ¡qué bueno es! Lo recordamos en otros filmes como Coriolanus(Ralph Fiennes) –adaptación cinematográfica británica de la tragedia de Shakespeare– un despiadado general romano y sumiso ante una controladora y ambiciosa madre, Volumnia, la imponente actriz Vanessa Redgrave.
Con esa cinta debutó Fiennes como director, quien excelentemente uso un elenco de estrellas: Gerard Butler, Brian Cox y Jessica Chastain por citar los principales, así como la referida veterana Redgrave.
La película fue nominada al Oso de oro de Berlín en el 61 Festival Internacional de Cine de Berlín y Fiennes nominado al premio Bafta al mejor director, guionista o productor británico novel en la 65 entrega de esos lauros en 2021.
Con respecto a la crítica, Coriolanus recibió comentarios positivos y el consenso dijo en ese momento: “Visceral y llamativa visualmente, Coriolanus, de Ralph Fiennes, demuestra que Shakespeare todavía puede ser electrizante y relevante en un contexto moderno”.
El teatro fue, y es, su primera gran pasión, de ahí su devoción por el dramaturgo inglés autor de Romeo y Julieta.
Se incorporó en 1988 a la Royal Shakespeare Company, meca de cualquier actor que reverencie la obra del escritor. Quería ser actor porque me emocionaba Shakespeare
, confesó.
La ópera prima de este actor, devenido director, fue de rompecorazones, pero muchos otros largometrajes con su incursión lograron el mismo efecto, uno de sus más recientes, de 2022, fue ponerle la cara principal a El menú, en el que otro cruel personaje, un chef, dirige un gran puzzle macabro en un apartado restaurante entre recetas diabólicas.
Están, además, los casos de Cumbres borrascosas (1992), de la novela homónima de Emily Brontë, junto a La Binoche; La lista de Schindler, de Steven Spielberg, la cual lo llevó a la nominación al Óscar en la categoría de actor de reparto.
O recordémoslo en otro villano en la saga de Harry Potter (2005): Harry Potter y el cáliz de fuego, papel que repitió en Harry Potter y la orden del Fénix (2007), Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte 1 (2010) y Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte 2 (2011).
Según comentó Richard Bremmer en 2005, el primero en darle vida al villano Voldemort, los productores pasaron mucho tiempo peleando para conseguir que lo hiciera, y por eso manifestó su orgullo, pero el papel, en la cuarta película, lo interpretó Fiennes, viejo amigo de Bremmer.
El despido de Bremmer no provocó rencillas entre ambos y a éste no le sorprendió la sustitución, sino, todo lo contrario.
Increíble el donaire de Fiennes para interpretar cualquier papel. Sobresalió en Furia de titanes (2010) y su secuela Wrath of the Titans (2012).
Volvió a dirigir otro filme en 2013, The Invisible Woman, biografía de Charles Dickens (interpretado por el propio Fiennes), destacó en la saga de James Bond: Skyfall (2012), Spectre (2015) o Sin tiempo para morir (2021).
Tanta es su capacidad para regenerarse, convertirse en el peor villano, en el mejor amigo o amante, o en el más cínico de todos los papeles que, aunque no es común verlo como un actor cómico, en 2014 Fiennes impresionó por una ridícula representación en la comedia dramática The Grand Budapest Hotel.
En ese entonces usó su tiempo como joven portero en el Brown’s Hotel de Londres para construir el personaje.
Un crítico de cine declaró: Al final, es Fiennes quién causa la mayor impresión. Su entrega estilizada y rápida, su ingenio seco y sus alegres blasfemias mantienen la película burbujeante
.
Por esa actuación fue nominado al Premio Globo de Oro al mejor actor de comedia o musical, y el Premio Bafta al mejor actor.
Mientras, la revista de cine Empire clasificó su interpretación como el 17 personaje cinematográfico más grande de todos los tiempos.
Es imposible estar al margen de la película El lector, con otra figura icónica de Hollywood, Kate Winslet (Titanic).
Linaje de espectáculo
Su nombre completo es Ralph Nathaniel Twisleton-Wykeham-Fiennes (Ipswich, 22 de diciembre de 1962), procedente de una familia de aristócratas e industriales de origen normando.
Ralph es el mayor de seis hijos, destacando entre ellos el actor Joseph Fiennes y la directora Martha Fiennes, quien dirigió la película Onegin, basada en la novela del ruso Aleksander Pushkin, en la cual actuó nuestro actor invitado.
Lo que se dice, un linaje de espectáculo y con sobrados talentos para representar hasta al propio Johnny Deep (la analogía entre ambos actores es por su demostración de histrionismo).
Fiennes es tan entregado con su trabajo que llega a métodos extraordinarios para interpretar los mejores (peores) villanos.
El año que está por concluir estrenó la cinta The Wonderful Story of Henry Sugar, cuyo actor protagónico es Benedict Cumberbatch (Doctor Strange/2016) e intérprete de Sherlock Holmes en la serie proyectada de 2010 a 2016.
La dirección de este filme estuvo a cargo de Wes Anderson, quien también escribió el guion de esta aventura, comedia, fantasía, realismo mágico y se desarrolla en los años cincuenta.
Ese largometraje es una adaptación cinematográfica de Roald Dahl, novelista británico responsable de obras como Charlie y la fábrica de chocolate o El gran gigante bonachón y cuenta la historia de un hombre rico que se entera de la existencia de un gurú, quien puede ver sin usar los ojos y se propone dominar esa habilidad para hacer trampas en el juego.
La producción se presentó este año en el Festival de Cine de Venecia y las críticas fueron muy favorables para el equipo.
“Wes Anderson crea y se recrea en The Wonderful Story of Henry Sugar. El director convierte un texto de Roald Dahl en la enésima y milagrosa relaboración de sí mismo.”
Para otros expertos, contemplar este filme ofrece la sensación de estar asistiendo a una representación teatral en directo. En última instancia, la nueva película confirma qué buena sociedad artística forman Anderson y Dahl.
Otros comentarios de especialistas y medios de prensa realzaron a Wes Anderson y Roald Dahl como dos genios que encajan a la perfección. Para algunos críticos la película está destinada a convertirse en un clásico, tanto para niños, como para adultos.
Un logro más para Fiennes, pues es la demostración del engranaje ideal entre el trabajo del director y el personaje que interprete, sea cual sea.