Los Acereros de Pittsburgh se obsequiaron el mejor regalo que podían recibir en la víspera de Navidad: meterse de lleno en la pelea por un puesto de comodín.
Tres semanas pasaron sequías, sin embargo, ayer rompieron esa malaria con un triunfo contundente sobre los Bengalíes de Cincinnati (34-11).
Precisamente fue ante los felinos que la Cortina de Acero había logrado su última victoria.
El mariscal de campo Mason Rudolph logró su primer triunfo con los Steelers en la campaña. Luego de los malos resultados de Mike Trubisky, en sustitución del lesionado Kenny Pickett, Rudolph brilló ante los más de 68 mil aficionados que se dieron cita en el Acrisure Stadium.
El lanzador le dio otra cara a su equipo. El elemento de cuarto año recibió la confianza de Mike Tomlin y no la desaprovechó.
Cobijado por una línea ofensiva que se comportó a la altura, Mason pudo conectar dos envíos a la diagonales. Ambos pases fueron de gran yardaje (86 y 66) con dirección a George Pickens.
Por primera vez en la temporada, Pittsburgh mantuvo un equilibrio. Si bien la defensiva, con tres robos de balón, fue otra vez protagonista, la ofensiva ofreció su mejor partido y le entregó a su afición la victoria más holgada en lo que va del campeonato.
Cincinnati, por su parte, fue inoperante. Recibió 24 puntos sin reacción y con el descalabro, aunque sigue empatado con Pittsburgh (8-7), cayó al último lugar de AFC Norte.
Los ganadores tienen ventaja sobre los Bengalíes debido a los partidos directos, y se encuentran muy cerca de los Potros de Indianápolis (8-6) y los Texanos de Houston (8-6), ambos en zona de clasificación.