Colegas, discípulos, amigos, sobre todo los lectores que durante décadas siguieron de manera puntual el trabajo de la periodista Cristina Pacheco despidieron con gratitud a la escritora fallecida este jueves con las siguientes palabras dedicadas a uno de los personajes más entrañables de la vida cultural de México.
La escritora Brenda Navarro recordó: si bien mis papás veían el programa de Cristina Pacheco y yo desde niña me acercaba a escucharla como una contadora de historias, fue cuando me volví mayor que me di cuenta de que su trabajo implicaba herramientas antropológicas que toda persona que quiere hablar del mundo debe poseer. Siempre le estaré agradecida por enseñarnos a observar y a hacer preguntas. Más que una buena respuesta, siempre es importante hacer una buena pregunta y eso hacía ella
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Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, dijo a La Jornada que Cristina es (y nunca hables en pasado de un escritor cuando fallece porque su obra queda atrás) un personaje entrañable en la cultura en México, su amor y respeto por lo popular, su trabajo brillante como conductora de televisión, su capacidad notable para la crónica de la vida cotidiana del pueblo llano queda atrás de ella y resulta inolvidable. Éramos bastante amigos y siento profundamente su fallecimiento
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La periodista Beatriz Zalce compartió que cada semana su abuela, su madre y ella tenían cita “frente a la tele para ver a Cristina Pacheco. Nos sentábamos a descubrir un rincón de la ciudad y la vida de sus habitantes. Mi mamá quiso ir a una tienda de rebozos en el Centro y se abonó a las tostadas del mercado de Coyoacán porque las había conocido a través de Cristina. Así la llamaba, con esa familiaridad que da el verse y escucharse aunque fuera a través de la tele. La frase ‘aquí nos tocó vivir’ para mí no tiene un carácter fatalista ni resignado, al contrario, está asociada a la fascinación que causa esta ciudad cuando ves a su gente y su lado bueno”.
Cristina García Islas, compositora mexicana que fue invitada al programa Conversando con Cristina Pacheco, consideró: Cristina fue como un árbol, cuyas raíces dieron fuerza, entrega, amor, profesionalismo, sencillez y calor a cualquiera que estuviera con ella. Su tronco fue la luz de su inteligencia, su lucha y pasión que como mujer dio a esta sociedad con sus palabras, abriendo así para todos una ventana de lo que es nuestro México. Sus hojas y frutos se ven reflejados en todo lo que nos entregó durante décadas. Personalmente, la abrazo con todo mi corazón. En la luz de su partida, siempre será recordada por su gran existencia. Ya la extrañamos mucho. Descansa en paz
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La pintora Carmen Parra dijo que Cristina Pacheco es parte de la historia contemporánea, ya que fue del grupo extraordinario que fundó el maestro Fernando Benítez. Su trabajo fue crear un estilo muy personal de descripción de personajes populares de la vida cotidiana mexicana. Con un estilo muy respetuoso nos acercó a través de sus crónicas a todos los oficios. A artesanos, artistas de la calle, payasos, organilleros, merolicos, mercaderes, papeleros, cocineros, pescaderos, zapateros, líderes de barrio, plomeros, carpinteros, globeros, es decir, el arcoíris infinito de nuestra sociedad. ¡Viva Cristina Pacheco! Nos dejó un panorama invaluable de una ciudad siempre en movimiento. Su patrimonio resguarda nuestra memoria
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Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, señaló que Pacheco es una persona que desde hace muchos años ha estado presente a través de sus dos programas de televisión emblemáticos, Aquí nos tocó vivir, que además es una frase que está acuñada ya, y Conversando con Cristina Pacheco. No creo que haya alguien que no haya visto alguno de esos programas y no se haya identificado con el México, pero sobre todo con la Ciudad de México, que somos. Una de las virtudes inmensas de Cristina, entre otras, fue su habilidad y sensibilidad para encontrar en todos los oficios algo digno y encomiable por hacer que las personas que entrevistaba mostraran cuáles eran sus distintas estrategias para sobrevivir, para comer, desde los más humildes oficios hasta los artistas. Entrevistó a una gama enorme de personajes. Al hacerlo era sumamente compasiva y respetuosa. Un abrazo a Cecilia y Laura Emilia
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El periodismo pierde a una de sus voces más notables
El poeta y ensayista Hernán Bravo Varela sostuvo que la pluma y el periodismo in situ de Cristina Pacheco es esencial para conocer la vida de la Ciudad de México, su cultura, sus ritos privados y públicos, sus infinitas idiosincrasias. Recordó que desde su infancia veía Aquí nos tocó vivir en la televisión y le encantaba; ahí aprendió las modalidades de la entrevista que ella hacía, al conversar con Carlos Fuentes, el músico Carlos Prieto, o con un atleta al igual que con la señora que tenía un puesto de quesadillas o con el señor que vendía fayuca en Tepito o en la Merced. Su conversación siempre fue democrática y pluralmente entusiasta. El periodismo mexicano pierde a una de sus voces más notables. Este es un día de luto para la Ciudad de México, a la que tanto amó y cronicó Cristina, con tanta solvencia, naturalidad, inteligencia y nobleza
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Elvira Hernández Carballido, periodista y catedrática experta en géneros periodísticos, contó que la primera lección que recibió de Cristina Pacheco fue cuando la entrevistamos varias compañeras de la universidad y nos pidió no preocuparnos jamás de la grabadora, sino de la mirada de quien se iba a entrevistar. Yo ya la conocía porque el papá de una amiga trabajaba en Canal 11 y desde niña fue mi referente del periodismo, el nombre ideal para discutir con mis compañeros cuando preguntaban si había mujeres periodistas en México. Sus entrevistas y crónicas me guiaron. Su Mar de Historias me convirtió en sirena. Tres veces fui jurado del Premio Nacional de Periodismo y las tres veces la propuse para el reconocimiento de trayectoria. Por fin se lo dieron en 2018 cuando varios colegas y yo nos aferramos a que era ella o nadie. Nos dejó sus textos y ya es inmortal, pero la extrañaremos siempre
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Iván Restrepo, periodista y ambientalista, señaló que la escritora fue una incansable trabajadora del periodismo escrito y televisivo. Su programa Aquí nos tocó vivir, todo un ícono. Alguna vez le ofreció Emilio Azcárraga que dejara el Canal 11 y lo hiciera para Televisa. Se negó. Extrañaré a mi vecina de muchas décadas al lado de José Emilio
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En sus redes sociales, los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara lamentaron el fallecimiento de la periodista, escritora, editora y conductora mexicana, y recordaron que en 2000 recibió el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez.