San Cristóbal de Las Casas, Chis. La organización llamada Pueblo Creyente de la parroquia San Pedro y San Pablo, de Chicomuselo, situado en la sierra de Chiapas, demandó “el desarme inmediato de los grupos criminales que operan en la región y restablecimiento del orden social sin poner en riesgo a la sociedad civil”, ya que la población vive desde hace dos años en estado de sitio.
Exigió la “recuperación del territorio para que nuestros pueblos sean sujetos de su historia, al tiempo de denunciar que existe cobro de derecho de piso y de paso, además de la presión y control social de grupos criminales que someten a las comunidades y pueblos a la condición de secuestro”.
Agregó que existen también “amenazas, hostigamiento, intimidación, persecución a la sociedad civil, presencia de personas armadas en nuestras comunidades, saqueo y explotación minera que permanece bajo amenazas e intimidaciones a autoridades ejidales y localidades con la presencia de hombres armados”.
Subrayó que “no podemos quedarnos al margen de las situaciones de dolor, injusticia, violencia y terror que sufren nuestras comunidades a causa de los grupos criminales que se disputan el territorio y van secuestrando la vida de nuestros pueblos, privándonos de nuestros derechos humanos y colectivos”.
La agrupación dependiente de la diócesis de San Cristóbal manifestó en un comunicado que en esa región prevalece “la lucha de grupos criminales por el control del territorio; la violencia armada que anula los derechos y la vida de nuestras comunidades y pueblos; el despojo de nuestros bienes materiales y naturales”.
Luego de denunciar “la omisión del Estado mexicano ante esta realidad tan dolorosa”, demandó “la atención urgente a las demandas de paz de nuestros pueblos; restablecer el libre tránsito y el respeto a nuestros derechos humanos y colectivos; la expedición de declaratoria oficial contra la explotación minera y demás bienes naturales, y respeto a nuestra labor pastoral en la búsqueda y construcción de la paz con justicia y dignidad para todas y todos”.
Afirmó que “en medio de los gritos de paz silenciados por la violencia y las armas, peregrinamos como iglesia pueblo de Dios en el marco de las celebraciones del año jubilar de nuestro querido jTatic Samuel, caminante en el corazón de nuestros pueblos y nuestra acción de gracias por las cosechas, frutos de la madre tierra y la generosidad de Dios creador y formador”.
Finalizó en que “no podemos quedarnos al margen de las situaciones de dolor, injusticia, violencia y terror que sufren nuestras comunidades a causa de los grupos criminales que se disputan el territorio y van secuestrando la vida de nuestros pueblos, privándonos de nuestros derechos humanos y colectivos”.