Ante una nueva oleada de más de dos mil migrantes procedentes de centro y Sudamérica, y de países de El Caribe, el gobierno de Estados Unidos cerró el tráfico fronterizo ferroviario, lo cual se suma a las restricciones que se incrementaron para el tránsito terrestre por los dos puentes que comunican a Piedras Negras, con Eagle Pass, Texas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos suspendió las operaciones del puente ferroviario por el que a diario pasan más de 336 mil vagones de un lado a otro de la frontera, con el argumento de concentrar los esfuerzos de las autoridades estadounidenses en atender la llegada de miles de migrantes.
La medida se tomó luego de que entre la noche del domingo y la mañana del lunes, más de dos mil migrantes llegaron a Piedras Negras, cruzaron el río Bravo y se internaron en un campamento dispuesto por las autoridades de Texas, en un intento por tramitar visa humanitaria o garantizar su estancia en Estados Unidos.
La alcaldesa de Piedras Negras, Norma Treviño Galindo, urgió al gobierno federal a resolver el fenómeno migratorio, pues localidades fronterizas se convierten en la antesala de miles de extranjeros que, luego de cruzar el país, todos los días llegan en su intento por internarse en Estados Unidos.
El alcalde (mayor) de Eagle Pass, Rolando Salinas, firmó una declaración de emergencia humanitaria y económica, debido al incremento de migrantes.