Los precios del petróleo subieron más de un dólar este martes, extendiendo las ganancias iniciadas el lunes, después que ataques de militantes hutíes de Yemen contra buques en el mar Rojo han afectado el comercio marítimo y obligaron a empresas a desviar buques, despertado el fantasma de otro episodio de perturbación del comercio internacional tras el de la pandemia del covid, y ha llevado a una fuerza internacional liderada por Estados Unidos a patrullar las aguas próximas a Yemen.
En ese contexto, el Brent escaló 1.28 dólares a 79.23 dólares por barril; el estadunidense West Texas Intermediate (WTI) sumó 1.09 dólares a 73.44 dólares y la mezcla mexicana de exportación ganó 1.25 dólares, a 69.50 dólares el barril.
Los precios del petróleo han subido casi 2 por ciento después que el lunes un buque de propiedad noruega fue atacado y la petrolera BP dijo que había suspendido todo tránsito por el mar Rojo. Desde entonces, otras navieras han seguido sus pasos.
Alrededor de 12 por ciento del tráfico marítimo mundial transita por el mar Rojo, que se ubica en la cuenca del océano Índico (que comunica África y Asia) y está unido al mar Mediterráneo a través del canal de Suez, en Egipto, por lo que constituye la ruta marítima más corta entre Europa y Asia.
“Los acontecimientos en el mar Rojo aumentan el riesgo geopolítico”, dijo Rob Thummel, director gerente de Tortoise Capital, empresa de inversión en energía. “Esto está provocando una subida de los precios del petróleo, ya que los operadores evalúan la posibilidad de una interrupción del suministro vinculada al aumento del riesgo geopolítico”, explicó.
Estados Unidos anunció este martes la creación de un grupo de trabajo para proteger el comercio en el mar Rojo de los ataques de los militantes yemeníes apoyados por Irán. Los hutíes, que dicen apoyar a los palestinos en el conflicto en Medio Oriente entre Israel y Hamas, han prometido desafiar la misión naval liderada por Estados Unidos y seguir atacando objetivos israelíes en la región.
Las navieras ocultan sus posiciones para protegerse a su paso por el mar Rojo
Varios portacontenedores están anclados en el mar Rojo y otros han desconectado los sistemas de seguimiento, mientras los comerciantes ajustan rutas y precios en respuesta a los ataques marítimos de los hutíes de Yemen, en la principal ruta comercial Este-Oeste del mundo.
Grandes navieras como Hapag Lloyd, MSC y Maersk , la petrolera BP y el grupo de petroleros Frontline han dicho que evitarán el tránsito por el mar Rojo y lo desviarán por el cabo de Buena Esperanza, en el sur de África. Sin embargo, muchos buques siguen navegando por la vía fluvial. Varios llevan guardias armados a bordo, según datos de LSEG.
Al menos 11 portacontenedores que habían pasado por Suez y se acercaban a Yemen cargados de bienes de consumo y cereales con destino a países como Singapur, Malasia y Emiratos Árabes Unidos, están ahora anclados en el mar Rojo, entre Sudán y Arabia Saudita, según los datos de seguimiento de buques de LSEG.
Cuatro portacontenedores de MSC en el mar Rojo han apagado sus transpondedores desde el 17 de diciembre, según los datos, probablemente para evitar ser detectados.
Fuentes del sector afirman que el impacto en el comercio mundial dependerá del tiempo que persista la crisis, pero las primas de los seguros y la prolongación de las rutas serían cargas inmediatas.
Papadimitriou, de Vortexa, dijo el martes que el precio de un Suezmax para transportar crudo de Oriente Próximo a Europa ha subido 25 por ciento en una semana.
Aunque los ataques al transporte marítimo han disparado la prima de riesgo, otros analistas afirmaron que las repercusiones sobre el suministro de petróleo son por ahora limitadas. “Por ahora el impacto es limitado, ya que el petróleo sigue fluyendo, sólo que con trayectos más largos que se traducen en mayores costos de transporte”, dijo Giovanni Staunovo, analista de UBS.
Analistas de Goldman Sachs también señalaron que es improbable que la interrupción tenga un gran efecto en los precios del crudo y del gas natural licuado (GNL), ya que las oportunidades de redirigir los buques sugieren que la producción no debería verse directamente afectada.