Con cuando menos tres diferentes métodos, Morena pretende obtener los nombres de quienes serán sus abanderados en los puestos de elección que se juegan en la Ciudad de México, y quizás en todo el país.
Las modalidades serán: por encuesta, como todos los sabíamos; por consenso, práctica que parecía olvidada, pero que ha cobrado nueva vida debido a las necesidades surgidas en el transcurso de los días, y por género, la forma más noble de hacer nula la voluntad de la gente bajo un pretexto aceptable.
Si nos damos idea de lo que significan los tres métodos caemos en la cuenta de que lo único que no cuenta es el voto, la voluntad del encuestado, por ejemplo.
Y es que los resultados de las encuestas, la forma más democrática, no siempre están de acuerdo con la imaginación de quien mueve los hilos en Morena; entonces se echa mano del consenso, y si eso tampoco funciona se recurre al indiscutible pretexto del género.
Así se acomodan, como se quiere, a unos y se arruina a otros, a los que la gente escogió como sus representantes, pero simplemente no importa, para eso está el Tribunal Electoral, para hacer nulos los sufragios y conceder a los poderosos la posibilidad de seguir con las riendas en las manos.
Ya hemos visto que se nombró a Miguel Torruco por consenso para ir por la alcaldía Miguel Hidalgo. Aunque el PAN ha dejado esa demarcación muy maltrecha y Torruco, hijo del secretario de Turismo, cumple
, dicen, con el perfil que requiere esa zona de la capital, las posibilidades de que se convierta en alcalde son pocas, pero viva el consenso.
Iztapalapa es un caso muy importante. Clara Brugada gobernó la alcaldía durante nueve años –¿usted se enteró?–, pero según se nos ha dicho su grupo no participará en la pelea, por lo que Martha Ávila, hoy al frente del Congreso de la ciudad, estaría fuera, por más que la lideresa había sumado esfuerzos para llegar a la alcaldía.
Gabriel García, aquel que no pudo seguir al frente de la coordinación general de programas para el desarrollo de la Presidencia porque se le acusaba de condicionarlos –incluyendo la vacuna contra el covid-19– a proyectos electorales de Morena, y no sólo eso, también de usar a un ejército de jóvenes, conocidos como los Servidores de la Nación, como brazo político de ese mismo organismo, está en la lista porque quiere ir por Iztapalapa.
Y también juega la diputada Aleida Alavez, mujer de larga lucha no sólo por Iztapalapa, sino por toda la ciudad. Sin duda Alavez podría ser la candidata, pero lo mejor sería saber quién ampara a García para no gastar el voto en una decisión que estará en manos del tribunal que impondrá a quien mejor le parezca, los pretextos los tiene a la mano y son legales. ¡Qué barbaridad!
De pasadita
¿Hasta cuándo tendremos que sufrir los capitalinos la pandemia de baches que padecemos desde hace un buen rato?
Todas las calles, por casi todas las alcaldías de la ciudad, están deshechas. Las que se han consolidado como entes de corrupción no han invertido un solo centavo en arreglar aceras y arroyos vehiculares.
Si alguna sospecha había de que los recursos de estas demarcaciones son usados en cosas diferentes para las que se destinan, viajar por alguna calle de casi todas o todas la calles de la ciudad, confirma la sospecha.
¿Será que tendremos que esperar a que termine el año electoral para que se renueven las aceras y las cintas asfálticas? Pinche destino.