Ciudad de México. Después de la euforia viene la calma. A dos semanas de que termine el 2023, los mercados financieros dicen que esto todavía no termina, pues esperan más novedades, en particular del Banco de Japón, y más concretamente en ir abandonando las tasas de interés negativas vigentes, y del deflactor del consumo privado de Estados Unidos esta semana.
Con el dólar débil y a la espera del dato de inflación de la primera quincena de diciembre, el peso mexicano abre con una depreciación de 0.49 por ciento, para operar en alrededor de 17.2674 unidades por dólar. Lo anterior, en medio de cautela por parte del Banco de México en materia de sus tasas de referencia, mientras que su homólogo, la Reserva Federal (Fed) se mostró más flexible para el 2024. Es por ello que los reportes de inflación siguen manteniendo relevancia.
La semana pasada la rentabilidad exigida al bono estadunidense a 10 años se desinfló más de 30 puntos de golpe, su mayor caída desde comienzos de 2020. En la jornada de hoy repite en el entorno del 3.91 por ciento, luego del nivel del 5.0 por ciento que llegó a superar hace solo dos meses.
Durante las últimas jornadas el petróleo se ha visto favorecido además en su rebote por la debilidad que traslada el dólar, la divisa que monopoliza el mercado de commodities.
El barril de Brent intenta distanciarse de sus recientes mínimos, y recupera por momentos los 78 dólares (una ganancia de 2.82 por ciento). La cotización del barril tipo West Texas, de referencia en Estados Unidos, rebota hasta los 73 dólares (2.72 por ciento más). El descenso en las exportaciones de crudo por parte de Rusia y las noticias de nuevos ataques y sabotajes cerca del canal de Suez moderan los temores sobre la demanda de crudo.
En tanto, Wall Street se mantiene en zona de ganancias en la apertura; mientras que la Bolsa Mexicana de Valores arranca en niveles máximos, arriba de 57 mil puntos.