Las Águilas de Filadelfia era el equipo favorito del juego de lunes por la noche. Todo estaba dispuesto para buscar una mejor posición en la postemporada de la NFL, pero los Halcones Marinos de Seattle sorprendieron y en el último cuarto dieron una voltereta para vencer 20-17, un resultado que cambia su suerte y les permite soñar con pelear por un comodín.
Filadelfia es campeón vigente de la Conferencia Este, pero atraviesa un mal momento que lo llevó a perder su tercer juego consecutivo. Un equipo que está calificado a la postemporada, y era candidato firme al Supertazón, está en verdadera caída libre y Seattle no desaprovechó la oportunidad.
Para los Halcones Marinos una derrota habría sido aniquiladora. Y durante gran parte del duelo sintieron el sudor frío que recorre la espalda cuando están a punto de ser derrotados.
Jalen Hurts hizo el trabajo que se esperaba como mariscal y puso adelante a Filadelfia bien pronto y llegaron a tener una ventaja de diez puntos cerca del medito tiempo, cuando Halcones Marinos sólo encontró como recurso para no quedar atrás un gol de campo que les dio tres unidades.
Fue en la segunda parte cuando Seattle salió a salvarse y empezó a acercarse con la anotación de Kenneth Walker. Aún así, el duelo seguía con ventaja para Filadelfia, un equipo hasta entonces cumplidor pero sin nervio.
La sorpresa llegó en el último cuarto, un cierre explosivo de Seattle con un gol de campo de Jason Myers y una anotación de Jaxon Smith-Njigba a unos segundos del final. Las Águilas estaban con los ojos como platos incrédulos que cómo se les fue el partido de las manos.