La noticia aterradora es que una vez más un juez justo dejó en libertad a un infractor de la ley –en este caso a un sujeto violento en extremo que tundió a golpes a un menor– mediante un acuerdo reparatorio
, es decir, por dinero.
Según los datos obtenidos, el último día de julio, fecha en que el sujeto ahora en libertad y a quien le apodan El Tiburón, Fernando, como se llama el agresor, llegó a un negocio de comida rápida y golpeó a un menor.
Una cámara dispuesta en el establecimiento grabó la agresión que de muchas maneras levantó la indignación de todos. El Tiburón sabía que en el lugar había cámaras, pero eso no era lo importante para él porque seguramente tenía en consideración que la ley se compra y él tiene el dinero suficiente para evitar la cárcel.
El agresor llegó al negocio ubicado en el estado de San Luis Potosí, en una camioneta de esas viejitas que cuestan más de medio millón de pesos, y además pintada de amarillo por si nadie notaba su presencia. Esos datos, importantes para hacer un juicio sobre la personalidad del infractor, parece que no fueron tomados en cuenta por el juzgador o simplemente no le importaron.
Era más que obvio: El Tiburón contaba, y cuenta, por lo que se ve, con recursos suficientes para librar una condena que lo podría llevar a prisión de 12 y hasta 50 años.
También resultaba obvio que la víctima del sicópata es gente con necesidad de trabajar, que pertenece a una familia con nulos o muy pocos recursos, razón por la que sería fácil llegar a un acuerdo reparatorio
.
Los datos, más que claros, no parecen haber impactado a quien juzgó, y en lugar de haber ordenado la prisión y además la reparación total del daño causado al menor, aceptó el acuerdo que no otorga justicia porque termina en un asunto de dinero que deja en libertad a quien podría estar afectado por un mal siquiátrico.
¿Cuánto tardará El Tiburón en agredir a otra persona? Tal vez menos de lo que tarde el juez en gastar los beneficios que le hubiera arrojado el acuerdo y la consecuente libertad del agresor, y cuando eso suceda, a lo mejor el juez estará esperando poner por delante el dinero del agresor para lograr justicia
, y así sucesivamente hasta que se le acaben los fondos de la chequera al dueño de la Hummer amarilla.
El hecho que les relatamos aquí y que tuvo lugar el fin de semana pasado muestra que el accionar de la justicia es un mal sistemático donde el dinero manda y que es una parte inherente al neoliberalismo porque pone a la justicia, incluso, en la mesa del mercado.
La llegada de Lenia Batres a la Suprema Corte de Justicia no implica el cambio que desde la buena voluntad pueda suponerse. Quien conoce a la nueva ministra asegura que la prepotencia es uno de sus atributos, así que es posible que nada cambie en la Suprema.
El asunto es que no había para dónde hacerse. Como en novela italiana se trataba de una familia contra otra: los Batres Guadarrama contra los Alcalde Luján. Quien perdió fue la población. Lo dicho: Ni para donde hacerse.
De pasadita
Por más que se apuran los de la oposición en esta ciudad no logran sacar de la cabeza del ciudadano que son ellos, los del PAN, los azules, quienes han escrito las páginas más negras de la historia moderna del país.
Fox y la total falta de inteligencia para gobernar; Calderón y sus complejos, su guerra, sus vicios, y ahora el cártel inmobiliario. Toda una recomendación para el votante.
No obstante, algunas mediciones ponen difíciles las cosas para Morena. Si bien no lo dan por derrotado, aprietan cada vez más los números. Más vale tener cuidado, no se puede repetir lo de 2021.