Kiev. Rusia y Ucrania reportaron docenas de intentos de ataques con aviones no tripulados en el último día, unas horas después de que Hungría vetó la entrega a Kiev de 50 mil millones de euros (54 mil 500 millones de dólares) de fondos de la Unión Europea.
La Fuerza Aérea ucraniana dijo el sábado que sus defensas antiaéreas derribaron 30 de los 31 drones lanzados durante la noche contra 11 regiones del país. Rusia, por su parte, afirmó el viernes en la noche que frustró una serie de ataques de aviones no tripulados ucranianos.
Las unidades antiaéreas rusas destruyeron 32 drones ucranianos sobre la península de Crimea, indicó el Ministerio de Defensa de Moscú en Telegram. Rusia se anexionó la península de Ucrania en 2014, un paso que la mayoría de la comunidad internacional considera ilegal, y ha utilizado el territorio como punto de escala y abastecimiento durante la guerra.
Antes, el ministerio ruso había reportado la neutralización de seis drones en Kursk, una región que comparte frontera con Ucrania.
En Jersón, una provincia ucraniana ocupada parcialmente por las tropas rusas, el gobernador designado por el Kremlin, Vladimir Saldo, afirmó en Telegram que las unidades antiaéreas rusas derribaron al menos 15 objetivos aéreos cerca de la ciudad de Henichesk.
Por otra parte, los bombardeos mataron a dos personas en la parte de la región controlada por Kiev, reportó el sábado el gobernador, Oleksandr Prokudin.
Ambos bandos han incrementado sus ataques con drones en el último mes en un intento de demostrar que no están estancados mientras la guerra se acerca a su segundo aniversario. Ni Kiev ni Moscú han logrado grandes avances territoriales a pesar de la contraofensiva ucraniana que comenzó en junio y los analistas predicen que el conflicto será largo.
Los líderes de la UE intentaron disimular el viernes su incapacidad para inyectar en las arcas ucranianas los 50 mil millones de euros (54 mil 500 millones de dólares) prometidos para los próximos cuatro años afirmando que los fondos podrían llegar el mes que viene, tras una nueva negociación entre los otros 26 líderes comunitarios y el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, que se ha resistido durante mucho tiempo.
Para compensar, dieron el visto bueno a que Ucrania inicie unas negociaciones de adhesión que podrían suponer un cambio radical en su suerte, aunque el proceso podría prolongarse más de una década y estar plagado de obstáculos presentados por cualquier socio.