Bogotá. La advertencia del presidente Gustavo Petro a las guerrillas de suspender el alto al fuego si estas no se comprometen a abandonar las economías ilícitas para financiarse, dejó en suspenso los frágiles acuerdos alcanzados en las mesas de diálogo que el gobierno tiene con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, opinaron hoy analistas locales y fuentes cercanas a los grupos insurgentes.
“El gobierno nacional no ve prioritario el cese del fuego si no está precedido de una discusión sobre la destrucción y reemplazo de las economías ilícitas”, dijo Petro en la tarde del viernes durante una ceremonia de ascensos militares.
El jefe de Estado se refirió específicamente al secuestro y a la cocaína y aseguró que “lo que nos preocupa no es si se ataca al Estado o no, sino si se ataca a la sociedad”.
Con el tema del secuestro en el centro de la discusión en las negociaciones de paz con el ELN, luego de que esta guerrilla plagiara en octubre pasado al padre del futbolista Luis Díaz, las palabras de Petro provocaron respuestas inmediatas de la comandancia insurgente en redes sociales.
“La principal economía ilegal en Colombia es la corrupción política, de la cual el actual gobierno no ha sido el del cambio”, dijo en X el ELN y luego agregó que “no tiene sentido un cese al fuego si el gobierno no ordena medidas eficaces para combatir todas las formas de paramilitarismo que afectan a las comunidades en todo el territorio nacional”.
Por su parte, fuentes del denominado Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC, dijeron a la La Jornada que leían las palabras del presidente como “un ultimátum innecesario destinado a apaciguar los ánimos de los militares” y advirtieron que con este tipo de pronunciamientos “se está labrando el comienzo del fin de las negociaciones de paz”.