Chihuahua, Chih. Activistas del Centro de Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm) y del Movimiento Estatal de Mujeres de Chihuahua conmemoraron este sábado el asesinato de Marisela Escobedo Ortiz, quien murió acribillada hace 13 años en la puerta del palacio de gobierno, por exigir justicia y denunciar impunidad en relación al feminicidio de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo.
Cantaron canciones y colocaron un ofrenda de flores en la banqueta de la puerta principal del palacio de gobierno de Chihuahua, donde Marisela Escobedo fue acribillada y murió la noche del 16 de diciembre del año 2010, cuando protestaba porque un tribunal absolvió y liberó al asesino confeso de Rubí Marisol.
En un posicionamiento público, las activistas explicaron que nos reunimos aquí como cada año frente a la emblemática Cruz de Clavos de Chihuahua, para recordar que un día como hoy, Marisela fue cobardemente asesinada y días antes del artero crimen, ella sentenció lo que sería su muerte: “Si me va a venir este hombre a asesinar, que venga y me asesine aquí enfrente (del palacio de gobierno) para vergüenza del gobierno”.
“A trece años de impunidad, con toda la familia desplazada forzadamente en Estados Unidos y con un sostenido incremento de violencia contra las niñas y mujeres en Chihuahua, el asesinato de Marisela sigue siendo la vergüenza del gobierno, en todos sus niveles”.
“En Chihuahua, desde hace 30 años se denuncia la violencia que vivimos en la entidad, mujeres y niñas a lo largo de todo el territorio, a pesar de las diferentes iniciativas el programa Spotlight, la Alerta de Género decretada en agosto de 2021, y la sentencia de Campo Algodonero de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; la prevención, sanción, reparación y erradicación de violencia sigue siendo una de las principales tareas pendientes de los diferentes gobiernos”.
“Como Marisela Escobedo, son en su mayoría las madres de las víctimas de feminicidio y de las de las personas desaparecidas las que arriesgan su vida para demandar verdad, justicia y reparación; es por esto que también hoy recordamos la obligación de los gobiernos, en el ámbito de sus competencias, para garantizar los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes, lo que implica necesariamente destinar los recursos económicos suficientes para su atención”.
Antecedentes
Marisela tenía 52 años cuando fue cobardemente asesinada. Hasta sus 48 años, se había dedicado a sus hijos e hijas, a su vocación de enfermera y siguiendo su espíritu de emprendedora. Fueron los últimos cuatro años de su vida, los que marcaron para siempre la historia de Chihuahua, del sistema penal acusatorio en México y los que evidenciaron al mundo la impunidad imperante en el país.
Marisela se convirtió en la principal investigadora de la desaparición de su hija Rubí Marisol Fraire Escobedo ocurrida en agosto de 2008. Gracias a las evidencias recabadas por ella, se pudo determinar que Rubí fue asesinada por su pareja, Sergio Rafael Barraza Bocanegra quien ya había huido de Chihuahua; Marisela logró ubicarlo y gracias a esto pudo ser detenido para enfrentar un juicio en el recién estrenado Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Durante la declaración de Marisela en el juicio contra Sergio, explicó que estaba ahí porque quería que el feminicidio de su hija fuera el último en Chihuahua. El Tribunal absolvió y liberó al asesino confeso.
En segunda instancia, se logró una sentencia condenatoria, pero Sergio Rafael ya no estaba detenido, entonces Marisela comenzó una tenaz lucha para exigir la aprehensión del asesino de su hija.
Recorrió el país, encabezó marchas, realizó múltiples protestas, se reunió con autoridades de diferentes niveles, encontró por su cuenta a Sergio en tres ocasiones y demandó su detención, confrontó al gobernador César Duarte al denunciar la colusión entre autoridades y el narcotráfico, por lo que enfrentó amenazas de muerte de la familia del asesino; advirtió que sería asesinada si no hacían nada para protegerla y que su muerte sería la vergüenza del gobierno.
La noche del 16 de diciembre de 2010, Marisela Escobedo Ortiz fue asesinada en las puertas del Palacio de Gobierno de Chihuahua.