San Francisco de Campeche, Camp. La nueva era de los ferrocarriles nacionales iniciará este viernes con la inauguración de la obra de infraestructura más ambiciosa del presidente Andrés Manuel López Obrador: el Tren Maya.
El proyecto marca un viraje de las prioridades gubernamentales que pone énfasis en el desarrollo de algunas de las entidades con mayores índices de pobreza del país, y pretende potenciarlas a partir de su conexión con el gran polo de desarrollo que es Cancún.
Después de 173 años que el primer ferrocarril circuló por territorio nacional y tras casi tres décadas de la extinción de los trenes de pasajeros y la privatización de las vías en el país, la primera etapa de este nuevo transporte abrirá al público sus primeros recorridos.
Es una megaobra con un costo de inversión pública de poco más de 515 mil millones de pesos –incluyendo el presupuesto de 2024–, cifra 3.3 veces más alta a lo presupuestado al inicio del proyecto.
Se trata de la empresa militar más grande constituida en este sexenio –es operada por la Secretaría de la Defensa Nacional–, lo que indica un nuevo signo del papel de las fuerzas armadas.
Entrevista reagendada
La Jornada pidió a la Sedena una charla para que fijara su posición sobre el proyecto y la respuesta del área de comunicación social fue que la entrevista será reagendada
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En plática con este diario, Samuel Jouault, profesor-investigador de la Unidad de Proyectos Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), indicó que el hecho de que la empresa haya pasado a la administración castrense indica que López Obrador buscó “aliados de confianza y que de alguna manera encontró en la milicia, donde la ingeniería militar ha respondido. Nuestro Ejército no es de guerra –como el de otras naciones–, sino que muchas veces apoya en términos de protección civil y obras públicas”.
El Tren Maya atravesará la selva de la región que hace siglos albergó a esa cultura mesoamericana y donde hoy muchos de sus herederos enfrentan condiciones de vulnerabilidad al vivir en comunidades que están en la pobreza, como se pudo constatar durante un recorrido de La Jornada por las regiones a lo largo de la vía.
Del México pobre a las playas más cotizadas
La intención del mandatario es propiciar el desarrollo del sureste y la preservación cultural mediante este megaproyecto que conectará mediante vías férreas parte del México más pobre con la Riviera Maya, uno de los puntos turísticos más importantes y de los más ricos del país, en lo económico y en lo natural.
Esta mañana se dará el banderazo de salida al primer convoy de cuatro vagones para 230 pasajeros desde esta capital hasta Cancún, que es el trazo que abarca los tramos 2, 3 y 4, que representa casi la tercera parte de los mil 554 kilómetros del proyecto.
El último día del año se abrirá la parte que circula entre Campeche y Palenque, Chiapas; y será hasta febrero próximo cuando se complete el circuito con la inauguración de los tramos 5, 6 y 7, que unirán Cancún con Escárcega, que es el tramo que más se retrasó, luego que organizaciones ambientalistas tramitaran una cascada de amparos para evitar su construcción –sobre todo porque circulará por uno de los cuerpos de agua más importantes del país y la segunda selva tropical más grande del continente–, polémica a la que el gobierno federal puso fin al declarar el proyecto como de interés público y seguridad nacional
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El recorrido inaugural de este viernes será exclusivo para el Presidente y sus invitados especiales. El sábado se abrirá al público, tras cinco años de gobierno del tabasqueño y a unos meses que concluya su mandato.
En varias ocasiones el jefe del Ejecutivo ha insistido en que el Tren Maya detonará el desarrollo del sureste, al que ya le tocaba
, generará empleos y pretende que al menos la décima parte de los más de 30 millones de personas que anualmente llegan al aeropuerto de Cancún, puedan internarse en la selva maya y conocer la riqueza cultural, natural, gastronómica, social e histórica de esta región.
¿Empleados de los grandes capitales?
Ante esa perspectiva, Jouault señaló que si bien el proyecto propiciará el desarrollo, también tiene algunos puntos que aún no son claros, como si beneficiará a la economía local con proyectos regionales o si los habitantes de las comunidades aledañas sólo serán los empleados de grandes capitales que se establezcan gracias al tren.
Según una estimación dada a conocer en 2020 por ONU-Hábitat, el Tren Maya podría generar alrededor de un millón de nuevos empleos en los cinco estados que conforman el circuito (Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo) y será un factor clave para que en 2023 puedan salir de la pobreza 1.1 millones de personas.
El académico de la UADY resaltó dos puntos más: el tren como proyecto geopolítico
para que el Estado refuerce su presencia en comunidades de la frontera sur que comienzan a reportar problemáticas relacionadas con el crimen organizado; y el reto para que no sólo sea un polo de desarrollo turístico.
En 60 o 70 años pasamos (en la península) del monocultivo del henequén a un monocultivo del turismo, el tren viene a acelerar la vocación turística de la región propiciando que sea la única opción económica. Sin embargo, esta actividad está vinculada a la patrimonialización no sólo de, por ejemplo, los edificios y centros históricos de los pueblos y ciudades, sino también de los espacios cotidianos, con lo que se va acumulando el despojo.
La obra se inaugurará con pendientes. Hace unos días, en su habitual mañanera, el propio López Obrador reconoció que tiene algunos faltantes
, aunque, acotó, éstos no son ni en lo fundamental ni en la seguridad.
Este diario realizó un recorrido en contrasentido al que hará hoy el mandatario y encontró que algunas de las seis estaciones y ocho paraderos que funcionarán en la primera etapa sólo les faltan detalles, como la de esta capital o las Calkiní o Teya-Mérida.
En tanto que en otras estructuras, como el denominado Museo del Mundo Maya, en Chichen Itzá, se trabaja a marchas forzadas y se prevé tenerlo listo en el primer trimestre del próximo año, de acuerdo con testimonios de los propios trabajadores.
A lo largo de sus mil 554 kilómetros de longitud, el Tren Maya contará con 20 estaciones y 14 paraderos. También tendrá servicio de carga que pretende conectarse con otro megaproyecto de López Obrador: el tren del Corredor Interoceánico del istmo de Tehuantepec, que unirá el Golfo con el Pacífico.
Así, entre claroscuros y con retos para ésta y la próxima administración federal, el Tren Maya arrancará su historia, en medio de una gran expectación nacional e internacional por el regreso de los trenes de pasajeros al sureste del país.