Tapachula, Chis. Unos 700 migrantes protestaron en la sede del Poder Judicial de la Federación en Tapachula, Chiapas, para exigir que se concedan los amparos interpuestos para evitar ser detenidos, deportados a su país y se les permita libre tránsito por México.

Los extranjeros marcharon del centro de la ciudad hasta el Tercer Juzgado de Distrito, ubicado en la zona sur, donde entregaron las primeras 2 mil 500 peticiones de protección judicial.

Sin embargo, más de 7 mil extranjeros de 24 nacionalidades se han registrado a la convocatoria para interponer los amparos masivos que se irán entregando a la autoridad judicial en los próximos días, explicó el activista Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana AC.

“Nosotros estamos haciendo una labor altruista para despresurizar Tapachula, eso es lo principal”, señaló el defensor.

En la protesta participaron migrantes de Brasil, Perú, Ecuador, Ghana, Malí, Mauritania, Bangladesh, Colombia, Pakistán, Honduras, Guatemala, Salvador, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana, Cuba, Haití y otros.

García Villagrán aseguró que el Instituto Nacional de Migración y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados no están atendido a los migrantes por la supuesta falta de recursos, lo que ha convertido nuevamente a Tapachula en una gran cárcel porque los extranjeros no pueden salir de la ciudad y sí lo hacen corren riesgo de abusos de las autoridades o ser víctimas del crimen organizado.

“Ellos dijeron que no tienen presupuesto, que está cerrado todo trámite, que no hay ni para el internet, entonces ellos no pueden trabajar, han cerrado sus oficinas, dicen desde hace dos meses solamente han dado 21 tarjetas por razones humanitarias”, expuso el defensor durante la protesta en el exterior del edifico federal.

Ervin Fonseca Amador, de Honduras, lleva tres meses viviendo en las calles de la ciudad junto a su esposa y tres hijos esperando que la Comar le resuelva su petición de asilo.

“Estamos esperando y no nos han resuelto. Hemos estado en el Parque sufriendo porque trabajo no hay, a nosotros los inmigrantes no nos dan trabajo porque no tenemos papeles”, contó el hombre de 54 años de edad.

Para el hondureño Wilson, que viaja también con su esposa y tres menores- incluso un bebé de ocho meses- sostuvo que la espera de cuatro meses por respuesta a trámites migratorios ha sido difícil.

“Ha sido dura, insoportable, aguantando hambre, durmiendo en los suelos, estamos desesperados ya”, lamentó el centroamericano de oficio comerciante.

Añadió el extranjero que no ha querido avanzar de manera irregular hacia el norte como lo han hecho otros connacionales para no correr los riesgos de la travesía, particularmente no arriesgar a su familia.

“Necesitamos ayuda del Gobierno para que nos puedan colaborar en cuanto al permiso que estamos solicitando y poder avanzar nosotros legalmente”, planteó.

Los migrantes y la ONG que los acompaña advirtieron que de no tener respuesta favorable a los amparos por parte de la instancia judicial organizaran una nueva caravana migratoria el próximo 24 de diciembre.