La actividad económica en las cuatro regiones del país continuó su expansión, comportamiento positivo que se explica por la relocalización, pero también por las obras que el gobierno federal impulsa en el sureste del país, indicó el Banco de México (BdeM).
Al presentar el Reporte sobre las Economías Regionales correspondientes al tercer trimestre, Alejandrina Salcedo Cisneros, directora general de Investigación Económica de la institución, expuso que la economía mexicana continuó en julio-septiembre con una “tendencia de crecimiento robusto y sustentada por la expansión de los tres grandes sectores de actividad”, que se sumó al proceso de reducción del nivel inflacionario.
Explicó que durante el tercer trimestre, el gasto en construcción se incrementó en las cuatro regiones, aunque resaltó un mayor dinamismo de la obra privada en el norte y aún más el de la obra pública en el sur.
“Esto asociado a la construcción en las grandes obras de infraestructura que están ocurriendo en esa región (sur). Sin embargo, también destacaría el comportamiento de la construcción privada de la región norte y aquí tenemos varios comentarios de los contactos empresariales que asocian este mayor dinamismo al proceso de la relocalización.
Apuntó que en la parte norte de territorio mexicano este comportamiento es impulsado por la edificación de bodegas y naves industriales asociadas a la industria automotriz.
Comentó que si bien existe una atonía entre el sur y el norte en la actividad manufacturera, los efectos de la relocalización también se observan.
Detalló que la región centro-norte ha mantenido una tendencia al alza, que está relacionada con el nearshoring.
Anotó que las regiones centrales y norte han visto mayor demanda de sus productos, en particular, exportaciones de autos eléctricos hacia Estados Unidos. Esto a pesar de los retrasos en los cruces fronterizos y paros técnicos en las armadoras de vehículos.
Destacó que México se ha convertido en el principal proveedor de Estados Unidos.
Explicó que bajo el efecto proveeduría, que se puede pensar como que la Unión Americana está importando lo mismo, pero el país de origen es México—, las exportaciones del norte y de las regiones centrales se han incrementado, en particular, equipo de transporte y maquinaria.
Bajo la perspectiva del efecto canasta —referido como un cambio en la composición de la demanda de los bienes que Estados Unidos importa—, dijo, la región sur, a pesar de su baja orientación exportadora, se ha beneficiado de una recomposición en la demanda de la nación vecina del norte a favor de productos que ellos pueden exportar, como los provenientes de las industrias química y de plásticos.
Anotó que la expansión de la actividad económica regional en julio-septiembre también está relacionada con el comportamiento de los servicios, lo cual aún muestra el desvanecimiento de los choques de la pandemia del covid-19.
Apuntó que esto se ha visto en la realización de eventos deportivos, culturales, mayores ventas, convenciones, compra de útiles escolares, uniforme, calzado y hasta el tipo de cambio que ha permitido reducir los costos de importaciones.
Salcedo Cisneros comentó que se prevé que continúe la expansión de las economías regionales, a pesar de enfrentarse a un entorno complejo e incierto que plantea desafíos para su crecimiento, como la posibilidad de una disminución en la demanda externa debido a una posible desaceleración económica en Estados Unidos, así como eventos climáticos adversos que podrían afectar la economía de las entidades federativas más vulnerables a dichos fenómenos, como ocurrió en Acapulco, Guerrero, con Otis.