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Se rompe amistad entre jefe de tribu amazónica y cineasta belga

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Raoni Matuktire, jefe de la tribu indígena kayapó y el cineasta belga Jean-Pierre Dutilleux, en imagen de archivo. Foto Ap.
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14 de diciembre de 2023 19:26

Río de Janeiro. Estaba considerada como una de las colaboraciones más productivas entre un jefe indígena y un occidental.

Durante cinco décadas, el líder tribal amazónico y el director belga movilizaron a presidentes y miembros de la realeza, e incluso al papa Francisco, para mejorar las vidas de los pueblos indígenas de Brasil y proteger sus tierras. Los dos hicieron amistad con celebridades y estrellas de cine. Sting, una leyenda de la música, fue uno de sus mayores campeones.

Hace apenas unos meses, su lazo parecía tan fuerte como siempre. El jefe Raoni Metuktire, con su emblemático plato labial y una corona de plumas esmeralda, y el cineasta Jean-Pierre Dutilleux, vestido de esmoquin, acudieron al Festival de Cine de Cannes para promocionar el nuevo documental del belga, “Raoni: An Unusual Friendship”. De pie en la alfombra roja ante el parpadeo de las cámaras, los dos se estrecharon la mano como viejos amigos.

Entre bambalinas, sin embargo, la relación se acercaba a su fin. Poco después de regresar a Brasil en mayo, el jefe de los kayapó cortó lazos con su acólito belga.

Raoni y sus personas más cercanas dijeron a The Associated Press que hacía tiempo que desconfiaban de Dutilleux y sospechaban que el cineasta no había entregado fondos reunidos para los kayapó. También le acusaron de explotar la imagen y la reputación del jefe para impulsar su influencia y su carrera cinematográfica.

“Se utiliza mi nombre para recaudar dinero”, dijo Raoni en una entrevista con AP en Brasilia. “Pero Jean-Pierre no me da mucho”.

El líder tribal, otros dos miembros de su grupo sin fines de lucro, el Instituto Raoni, y el sucesor de Raoini dijeron que Dutilleux les prometió de forma reiterada grandes sumas de dinero para financiar proyectos sociales pero sólo entregó una pequeña parte. También se negó a dar explicaciones sobre el dinero recaudado en nombre de Raoni en sus giras por Europa o por sus libros y películas sobre los kayapó, añadieron.

Dutilleux rechazó las acusaciones y reiteró que nunca había tenido acceso al dinero.

“En ocasiones él puede decir cosas así, tiene que ver con la edad. Quizá me ocurra también a mí, decir cosas estúpidas”, dijo Dutilleux, que ahora tiene 74 años, en una entrevista en París, añadiendo que el dinero “no me interesa. Soy un cineasta, soy un artista. No soy un contable”.

Pese a las antiguas sospechas de los kayapó, que comenzaron hace casi 20 años, el círculo interno de Raoni creía que el jefe no podría abandonar a Dutilleux. Fue una decisión, dijeron, arraigada en el centenario desequilibrio de poder que existe cuando una tribu indígena colabora con un “kuben” influyente, la palabra kayapó para hombre blanco.

Raoni nació en algún momento de la década de 1930 —nadie sabe el año exacto— en la rama metuktire de la tribu Kayapó. Para entonces, el primer boom del caucho amazónico había terminado tras casi tres décadas de explotación brutal sobre las poblaciones indígenas.

Su familia y los miembros de su tribu eran seminómadas y pasaban los días cazando y pescando en la cuenca del río Xingu en la Amazonía, una zona del tamaño de Francia y donde viven docenas de grupos indígenas.

El primer contacto con kubens fue en 1954. Para entonces, Raoni era un chamán y guerrero carismático, respetado por su visión política y valor en batalla contra tribus rivales y los que intentaban explotar sus recursos.

Aprendió a hablar portugués —aunque no a leer o escribir— y se convirtió en el principal interlocutor de su tribu con el mundo exterior, así como en una voz destacada en la protección de los derechos indígenas en Brasil.

Para la década de 1970, los pueblos indígenas estaban bajo una creciente presión de la dictadura militar brasileña, que en un esfuerzo de desarrollar la Amazonía construyó autopistas, patrocinó programas de colonización y ofreció subsidios generosos a los campesinos. Raoni y otros hacían todo lo que podían para detener la destrucción de sus tierras ancestrales.

Entonces fue cuando Raoni salvó la vida de Dutilleux.

Dutilleux, nacido en una familia burguesa de una ciudad de provincias en Bélgica, soñaba con lugares lejanos y a los 22 años salió hacia Brasil, donde dirigiría una película etnográfica sobre tribus indígenas en la selva amazónica.

Allí, un grupo de hombres kayapó le confundieron con un constructor de autopistas, que normalmente llevaban consigo muerte y enfermedades a la región, y amenazaron con matarle. Raoni intervino para evitar la violencia y los dos hombres se hicieron amigos.

Unos pocos años más tarde, Dutilleux regresó a Xingu para filmar un documental centrado en el chamán. Dutilleux convenció a Marlon Brando para narrar la versión estadounidense, que optó a los Oscar en 1979. El éxito de la cinta convirtió a Raoni en una de las personas indígenas más conocidas y Dutilleux se convirtió en su guardián.

Casi de inmediato, algunos activistas y líderes kayapó temieron que Dutilleux estuviera más interesado en aprovecharse de Raoni que de ayudar a la causa indígena.

Uno de los que sospechaba era Alexis de Vilar, un fotógrafo español que fundó el Tribal Life Fund, un grupo sin fines de lucro dedicado a la protección de los pueblos indígenas.

El Tribal Life Fund patrocinó el estreno del documental en Estados Unidos con una gala en el Mann's Chinese Theatre, un lugar emblemático de Hollywood. La ceremonia de etiqueta fue presentada por Jon Voight y Will Sampson, protagonistas de "One Flew Over the Cuckoo’s Nest” ("Atrapado sin salida") y reunió a un público de estrellas.

“Todo Hollywood estaba allí”, recordó De Vilar. Algunos invitados pagaron miles de dólares por una entrada, y De Vilar esperaba que su organización recaudara al menos 50.000 dólares, con los que el Tribal Life Fund había dicho que financiaría varios proyectos sociales.

Pero la organización sin fines de lucro no recibió nada de ese dinero. Dutilleux se encargaba de recaudar los pagos por entradas pero nunca entregó nada, dijo De Vilar. “No hubo dinero, ni siquiera para construir una escuela”, dijo el fotógrafo.

Dutilleux asegura que la gala no generó ningún beneficio.

Una década más tarde, Dutilleux presentó al jefe indígena y a Sting, exlíder de The Police, un encuentro que haría aún más famoso a Raoni. Tras tocar en un concierto en Río de Janeiro, Sting viajó a la Amazonía y se convirtió en un aliado apasionado de Raoni y los kayapó. Dutilleux y él crearon la Rainforest Foundation, una organización sin fines de lucro que aún hoy fomenta la protección de los bosques en todo el mundo.

En 1989, Sting dejó a un lado su guitarra para recorrer el mundo con Raoni y Dutilleux y llamar la atención sobre las dificultades de los pueblos indígenas. Sus esfuerzos contribuyeron en gran parte a que el gobierno brasileño otorgara su reconocimiento —y, en teoría, protección— al territorio indígena Menkragnoti, una zona de 5 millones de hectáreas (19.000 millas cuadradas).

Pese a su victoria, el trío ya estaba dividido.

Dutilleux fue expulsado de la Rainforest Foundation después de que Sting acusara al cineasta de intentar sacar beneficios de la organización benéfica al quedarse los derechos de un libro sobre su gira. Según la portada del libro, se suponía que esas regalías irían a los pueblos indígenas.

En su entrevista con AP, Dutilleux dijo que su relación con Sting se había roto debido a sus “diferentes visiones”.

El cineasta siguió recaudando dinero en nombre de Raoni a través de la Association Forêt Vierge, uno de los grupos sin fines de lucro creados para recibir donaciones durante su gira mundial con Sting. Dutilleux fue su presidente entre 1989 y 1999 y “presidente honorario” desde entonces.

En 1991, Dutilleux organizó una campaña en Europa para reunir 5 millones de dólares para crear un gran parque nacional y proteger una zona tres veces más grande que Bélgica.

El proyecto, dijo a un diario belga, había sido concebido por un director de la agencia brasileña de asuntos indígenas.

Pero ese funcionario brasileño, Sydney Possuelo, negó cualquier implicación en la iniciativa. Calificó el plan de Dutilleux de “estúpido” y sus cálculos de “absurdos”.

Possuelo, de 83 años y que es un experto con reconocimiento internacional en tribus aisladas, dijo a AP que cree que Dutilleux era “dañino para los pueblos indígenas”,

“Es un aprovechado”, añadió. “Para él, la cuestión indígena es un negocio. Cada vez que aparece, es para aprovecharse de algún modo de gente como Raoni”.

Raoni no participó en la gira y no está claro cuánto dinero reunió Dutilleux. El cineasta dijo a AP que la campaña fue suspendida, y atribuyó su fracaso a las críticas de Possuelo.

Pese al revés, Dutilleux regresó al Xingu, que describió como “mi corazón tribal”. En sus visitas a Raoni y otras tribus indígenas, intentó embarcarles en nuevas propuestas para reunir fondos, ya fueran un libro, una película o una gira.

“Siempre le está utilizando”, dijo el sobrino de Raoni, el jefe Megaron Txucarramãe.

Megaron, que probablemente será el sucesor de Raoni, dice que ha aconsejado a menudo a su tío que no colabore con Dutilleux. “Su falta de claridad, de transparencia con el dinero ocurre cada vez que viaja con él”, dijo Megaron.

Raoni ha hablado con Dutillex sobre la falta de pagos en muchas ocasiones. En 2002, tras una gira en la que el entonces presidente de Francia Jacques Chirac se comprometió a ayudar a lanzar el Instituto Raoni, el jefe presentó una solicitud ante la fiscalía brasileña pidiendo que se tomaran medidas para que el dinero no pasara a través de Dutilleux. La queja no llegó a ninguna parte, perdida en el laberinto del sobrecargado sistema judicial amazónico.

Los dos hombres hicieron las paces después de que Dutilleux se ofreciera a escribir la biografía de Raoni, que se publicó en 2010. Ese año y en 2011 fueron de gira para promocionar el libro y recaudar dinero para los kayapó.

En ese momento se estaba construyendo la enorme represa hidroeléctrica de Belo Monte, que alarmó a las comunidades indígenas por temor a que secara amplios tramos del río Xingu.

Raoni y otros líderes tribales llevaban décadas combatiendo la construcción de la represa, alegando que desplazaría a decenas de miles de personas.

Sin embargo, en sus reuniones con líderes europeos durante la campaña de 2011, Raoni y Dutilleux no hablaron en realidad de Belo Monte, dijo Christian Poirer, que lideraba la campaña sin fines de lucro de Amazon Watch para frenar la obra.

Poirier, que había oído hablar del historial cuestionable de Dutilleux en la Amazonía, investigó y llegó a la conclusión de que el jefe había recibido malas traducciones y se le había mantenido al margen de los activistas contrarios a la presa, y que Dutilleux había minimizado de forma deliberada las objeciones de Raoni.

Aunque Raoni estaba desesperado por detener el proyecto, Dutilleux dijo a la prensa local que no era el tema central de su gira.

En un email al que tuvo acceso AP, el cineasta escribió a miembros de su grupo sin fines de lucro que era demasiado peligroso para ellos oponerse a la presa. Las críticas podrían mermar su capacidad de recaudar fondos y poner en peligro una posible reunión con una poderosa compañía eléctrica, escribió.

Cuando Raoni regresó a Brasil y se enteró de que los activistas estaban molestos porque no había hecho campaña contra la represa, él y otros líderes kayapó se sintieron furiosos.

Emitieron un comunicado diciendo que Dutilleux ya no estaba autorizado a recibir donaciones en su nombre. Señalaron que habían recibido poco del dinero prometido por el director si Raoni le acompañaba en reuniones con personas influyentes en Francia en 2011.

El presidente de la Association Forêt Vierge, Robert Dardanne, dijo a la AP que el grupo había dado al Instituto Raoni todo el dinero adeudado. La organización proporcionó registros que indicaban que había enviado 14.200 euros (15.300 dólares) después de la gira de recaudación de fondos de 2011 y algo más de 80.000 euros (86.000 dólares) tras la campaña de 2019.

Sin embargo, no proporcionó registros de al menos cuatro campañas previas, indicando que según la ley francesa sólo estaban obligados a guardar esos registros durante una década.

Raoni y otras personas cercanas a él dicen que esas cifras palidecen en comparación con los millones que Dutilleaux les ha prometido en sucesivas ocasiones.

En 2016, el jefe acusó públicamente a Dutilleux de engañarle para que firmara un documento mal traducido para socavar los esfuerzos de recaudación de un grupo rival sin fines de lucro. Raoni también le acusó de utilizar su imagen con fines comerciales.

Dutilleux no se arredró por las acusaciones. En 2019 se puso en contacto con Raoni y se ofreció a mediar una reunión con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y otras personas poderosas en Europa.

Durante las reuniones, Macron acordó dar un millón de euros al Instituto Raoni y otra tribu del Xingu.

El Instituto Raoni y otros que participaron en las conversaciones con Macron dijeron a AP que representantes del gobierno buscaron con desesperación alternativas para eludir al grupo de Dutilleux. El dinero se envió finalmente al Instituto Raoni a través de la Agencia Francesa de Desarrollo y la organización sin fines de lucro Conservation International.

El año pasado, Dutilleux visitó a Raoni y le convenció para el que sería su última gira para ayudar a promocionar su nuevo documental, con promesas de que el jefe conseguiría una cantidad significativa de dinero para su tribu.

Raoni aceptó a regañadientes. La situación había empeorado en la Amazonía. La tala y la minería ilegal habían proliferado durante el gobierno del presidente de ultraderecha de Jair Bolsonaro, con un incremento drástico de la deforestación. Incluso con un presidente recién elegido que ha prometido detener toda la tala ilegal, se estima que cada día se desmontan 236 hectáreas (585 acres) de selva amazónica en Brasil.

“Él ve mucho más allá que disputas mezquinas entre egos y clanes”, dijo el ambientalista francés Philippe Barre, que ha trabajado con Raoni en el pasado. “Lo que le importa es que emerjan los temas importantes (...) aunque algunos saquen tajada en el proceso”.

Personas kayapó cercanas a Ranoi dijeron a AP que el jefe por fin ha roto con Dutilleux. Como ejemplo señalaron que no acudió al estreno en octubre de la cinta “Raoni: An Unusual Friendship" en Río de Janeiro.

En otra entrevista con AP el mismo mes, Raoni habló en detalle sobre su legado y la gente que ayudó a su causa durante los años. No se decidió a pronunciar el nombre del cineasta.

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