Ciudad de México. El Zócalo se transformó anoche en una inmensa sala de conciertos al aire libre, para recibir a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), que ofreció una actuación gratuita como regalo navideño a los habitantes de la capital del país y a sus visitantes.
Fue una presentación a la que asistieron más de 20 mil personas, según publicó en su cuenta de X la secretaria local de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, quien recordó que de esa manera la agrupación concluyó los festejos por su 45 aniversario y su temporada 2023.
Al frente de la OFCM, en calidad de director huésped, el sinaloense Enrique Patrón de Rueda mantuvo constante comunicación con el público desde el principio de la velada, cuando anunció que sería un concierto en el que se van a divertir y sentirán melancolía
.
Aprovechó para pedir de manera pública al jefe de Gobierno, Martí Batres, que continúe apoyando a esta maravillosa orquesta, porque hace música que sí gusta a la gente, aunque se diga lo contrario, ¿verdad?
, afirmación que fue secundada por la multitudinaria audiencia con un ensordecedor sí
.
La OFCM concluyó temporada con una presentación gratuita ante cientos de familias. Foto Pablo Ramos
La impronta del programa, titulado Tu Orquesta en el Zócalo, quedó marcada desde la primera pieza, Paseo en trineo, de Leroy Anderson, muy ad hoc no sólo con las fechas, sino con el frío de la noche, que obligó a la concurrencia a utilizar suéteres, abrigos, gorros, guantes, gabanes y ponchos.
Fue un público heterogéneo en el que prevalecieron familias enteras, con niños y adultos mayores, así como mucha gente joven. Un público, también, estoico, que no se movió de su lugar ni cuando cayó una ligera llovizna; sólo lo hizo para bailar llegado el momento.
La suite de El cascanueces y luego la de El lago de los cisnes, de Chaikovski, incrementó los ánimos del lugar. No fueron pocos los que comenzaron a contonear sus anatomías, fuese sobre alguna de las 10 mil sillas dispuestas para la ocasión, o de pie, siguiendo el ritmo de las conocidas notas de esas piezas.
La parte climática del concierto llegó con el Vals de las flores, también del autor ruso, obra de la que el director huésped de la OFCM había comentado que seguro muchas de las damas allí presentes la habían bailado en su fiesta de 15 años.
Foto Pablo Ramos
Sonaron las primeras notas y varios rostros femeninos de diferentes edades se iluminaron de emoción y quizá también de nostalgia. Instantes después, en una hermosa postal, la plancha del Zócalo se convirtió en un enjambre de luciérnagas virtuales, merced a los miles de teléfonos celulares cuyas luces fueron encendidas para acompañar el oleaje sonoro de ese floral vals.
Fue el principio de la algarabía, porque si bien algunas parejas se animaron a bailar esa pieza del autor ruso, varias más se sumaron cuando la agrupación capitalina interpretó el vals Sobre las olas, del mexicano Juventino Rosas. Qué decir cuando llegó el tiempo del danzón y luego de los mambos.
El espíritu navideño se mezcló con el ánimo patriota gracias al Huapango de José Pablo Moncayo, ovacionado a rabiar.
Con el éxtasis a flor de piel, la casi hora y media del concierto navideño de la OFCM concluyó con el mensaje fraternal de Noche de paz, cantada de forma espontánea por ese multitudinario coro improvisado que disfrutó de esta memorable fiesta decembrina en el Zócalo.