°C -
|

La Jornada

Últimas noticias
Anuncio
Anuncio

Tiempo de rendir cuentas

10 de diciembre de 2023 00:02

Después de la catarata de litigios, liberaciones y perdones de fin de fiesta, al gobierno le queda prepararse para rendir cuentas de su administración. En tiempo y forma. Tal es el mandato republicano, para el cual la sociedad y el régimen político tienen leyes y recursos organizativos que el Ejecutivo debe respetar.

La Cámara de Diputados cuenta con la Auditoría Superior de la Federación y el Congreso en pleno se auxilia de centros de estudio e investigación. Ni la República ni el Estado en su conjunto están desprovistos de instrumentos y legislaciones, tanto para cumplir con sus compromisos como para responder por sus abusos u omisiones.

Cuidar las manos al soberano, se nos dice, fue razón y misión que justificó la creación del Parlamento. Hoy, las tareas y los compromisos de congresos y parlamentos han crecido y se han inscrito en las complejas tareas de los estados modernos. Sin ese involucramiento, las sociedades corren el peligro de precipitarse hacia la confusión y la falta de derroteros. Riesgo permanente de las sociedades democráticas que pretenden ser repúblicas del y para el siglo XXI.

La nuestra no es precisamente ejemplo ni ejemplar. Se han impuesto prácticas en y del poder del todo contrarias a una continuidad y reproducción democrática del sistema político capaz de enfrentar las turbulencias, profundas o superficiales, en las que estamos inmersos. Ante esto no hay escape, aunque el gobierno parece haber decidido refugiarse en el silencio y el aislamiento como forma de defensa.

Nada que ver ni hacer, parece la consigna, con las hipocresías y veleidades de la política internacional, a pesar de que un país como el nuestro sea actor y escenario central del mundo voluptuoso que no ofrece ni permite opciones o senderos particulares. Nos guste o no, estamos en un mundo capitalista que es único y no perdona, como lo hemos experimentado repetidamente en estos duros años.

Si pusiéramos estas consideraciones en los escenarios donde se evalúa el desempeño de las naciones, no nos iría bien, a pesar de la popularidad de que a diario presume el Presidente. Los repuntes recientes en el desempeño económico y la muy relativa disminución de la pobreza no se compadecen con las realidades inconmovibles de la aguda desigualdad y, sobre todo, de las vulnerabilidades y múltiples carencias básicas que nos definen.

Tampoco somos un país habitable ni pacífico, nos asola la violencia criminal organizada y nos acompaña como maldición la incuria burocrática, en particular en los territorios de la procuración y la administración de justicia. Vulnerabilidad y temor que nos acompañan de sol a sol.

Si agregamos a lo dicho las precariedades y rezagos del sistema de salud, la falta de medicinas y de seguridad social; los catastróficos efectos del huracán; las adversidades y las debilidades comunitaria, familiar e institucional, tendremos un cuadro nefasto. Y qué decir de la más reciente escena de reprobaciones a desempeños educativos y la autorreprobación del Presidente al descalificar el informe de PISA por neoliberal, que señala que la caída en las tres áreas evaluadas (lectura, matemáticas y ciencias) coloca a México en niveles menores al promedio de la OCDE. En matemáticas, anota el informe, la reciente caída revirtió la mayoría de los avances observados durante el periodo 2003-2009 y las puntuaciones promedio se acercaron a las observadas en 2003 o 2006. (La Jornada, 5/12/23).

Es de esperar que la elección y sus liviandades mediáticas encaren inventarios como los mencionados. No puede haber escape para nadie; herederos y retadores tienen que abrir los ojos y registrar el dolor y el olor de la tragedia, que es de todos. Hacerlo con rigor, compromiso y transparencia debería ser el modo constructivo de toda vocación republicana que se hace cargo del estado de su Estado.

En esas estamos y por eso tenemos que hacer un magno esfuerzo de reivindicación de aquella conseja fundacional de Weber sobre la ética de la responsabilidad. No hacerlo es seguir a la deriva, pero con mar de fondo, cruel e implacable.



25 de noviembre: una realidad pendiente

Firmar documentos no garantiza una vida sin violencia.

El juego de las analogías

Se temía que bajo la primera presidencia de Trump se lanzara el genocidio en Palestina, pero lo comenzó Biden.

Pensiones: México y Chile

Toca a la Presidenta amplificar el debate nacional sobre el sistema de retiro para superar los parches que heredó.
Anuncio