Francfort. El jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, rechazó este sábado con firmeza cualquier recorte de las prestaciones sociales, pese a la crisis para acordar un presupuesto para 2024.
A mediados de noviembre, el Tribunal Constitucional Federal dictó una sentencia que trastocó los planes de gasto del gobierno, que ahora tiene una "tarea muy difícil", declaró Scholz en el congreso de su formación, el Partido Socialdemócrata (SPD) en Berlín.
Las negociaciones con sus socios de la coalición de gobierno, los liberales del FDP y los Verdes, avanzan con dificultad, pero "en una situación así, no se desmantelará el Estado de bienestar en Alemania", añadió el canciller.
Scholz no dio detalles sobre las conversaciones, pero dijo que quiere "transmitir a la gente que lograremos" llegar a un acuerdo.
El Tribunal Constitucional Federal de Alemania dictaminó que el gobierno había infringido una norma constitucional sobre deuda al transferir 60 mil millones de euros (65 mil millones de dólares) destinados a la lucha contra la pandemia a un fondo para el clima.
La sentencia dejó un enorme agujero en los planes de gasto, obligando al gobierno a adoptar un presupuesto de emergencia para 2023 y a buscar un nuevo plan para 2024.
Las previsiones actuales indican que la coalición debe compensar un déficit de 17 mil millones de euros, y tanto la oposición conservadora como el FDP, socio menor de la coalición de Scholz, exigen reducciones del gasto social.
El grupo parlamentario del SPD admitió esta semana que el presupuesto de 2024 ya no podrá ser adoptado este año, pero la coalición espera llegar a un acuerdo que puedan presentar al Parlamento a principios del próximo año.