Henry Kissinger (HK), Baviera, Alemania, 1923, muere en Connecticut un siglo después. Fue por 50 años el halcón más sutil y encarnizado de Estados Unidos (EU), su hombre más influyente sobre política internacional. Primero como asesor de Seguridad en la Casa Blanca, después secretario de Estado durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford. Hasta su deceso fue consultor de presidentes estadunidenses, gobiernos extranjeros y grandes empresas. Admirado por teóricos acríticos, despreciado por analistas humanitarios.
En forma sólo declarativa, ajena a lo real, hizo público el eje de su doctrina: la política de distención, que significaba resolver problemas empleando la mayor firmeza diplomática, económica y militar. ¡Te aflojas o te aflojo!, parecía ser su ultimato.
Recomendó el bombardeo secreto de Camboya mediante los enormes B-52 para luego pactar el alto al fuego en Vietnam, guerra que se alargaría aún dos años. El costo en vidas vietnamitascamboyanas fue de 4 a 6 millones. Los estadunidenses perdieron 50 mil.
Su diplomacia resolvió la tirantez con China, la URSS, la guerra indo-paquistaní, la crisis del Yom Kipur y Panamá. Fue responsable de crear dictaduras e impulsar el combate a la insurrección en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Granada. Organizó una cacería continental de revolucionarios llamada Operación Cóndor, todo ello sólo en América Latina, no mencionamos las de África u Oriente. Saldo: millones de muertes.
Fue implacable con la sangrienta monarquía de Irán, que antes fue su socio en intereses sobre petróleo. Como remate le torció el brazo a López Portillo obligándolo a cancelar la visa mexicana del sha Reza Pahlavi quien vivía en Cuernavaca. La canceló mientras el sha estaba en Nueva York consultando a su oncólogo. La ruda acción careció de la caballerosidad de que presumía el presidente.
No se ha estudiado la hábil relación de Kissinger con el México de López Mateos, Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo, cuando la CIA asesoraba al presidente e influía sobre miembros del gabinete. Bajo cualquier modalidad, EU sigue siendo el gato que caza al ratón, el que sabe esperar, dar señas de dormir y tirar la mordisqueada.
Remirando sólo el caso de Chile, a Nixon y a Kissinger les era impensable permitir otra Cuba en América Latina. En 1970 ya estimaban que podría tomar ese rumbo si Allende llegara al poder. Las decisiones para evitarlo están documentadas por la Casa Blanca como secreto.
Tres años antes del golpe se había asignado al Departamento de Estado impedir que Allende fuera elegido, pero a juicio de Kissinger, comentado por escrito a Nixon “el programa de acción encubierta no funciona, llevará mucho tiempo así como va”, “el departamento [de Estado] se muestra tímido y nada empático con el programa, el embajador Korry es un misil perdido”, “la CIA está molesta pero no cree poder someter a Korry”.
Para resolverlo Kissinger recomendó “crear una fuerza de tarea en Washington a cargo del programa de inteligencia y enviar a Santiago un experto para manejar la parte operativa”. Aquí puede verse al Kissinger que aceleró al Nixon que lo aprobó.
¡Ojo!, hoy en el Congreso estadunidense se discute clasificar como terroristas a los narcos. Según ellos EU, tiene derecho de aprenderlos en nuestro territorio, simplemente por ser ambos países signatarios de 19 tratados internacionales sobre la materia.
Sería interpretarlos según el sistema monista que no obliga a acoplar la ley interna del país que los acoge. Ese trabajo, ¿tiene inspiración kissingeriana?, ¡claro! Los halcones del Potomac viven y ahora son más refinados y poderosos. ¡Ojo, ese y otros peligros subsisten!
En Washington, un grupo de analistas cumple con hacer más confiables los procesos de toma de decisiones críticas y México suele estar al borde de ser clasificado como peligroso. En un marco realista, ahora preguntamos: ¿con qué misión, cuál personaje, en qué oficina, (the mexican desk) se estarán haciendo delicados memos sobre México?
Con igual realismo debería aceptarse que para ellos somos una contrariedad persistente. Por hoy, hasta mediados de 2024 los focos rojos binacionales riesgosos son: elecciones en ambos países, migraciones, frontera común, droga/ armas/dinero sucio/T-MEC y luego ya se verá. Somos un país de gran significación para ellos, pero de acciones adversas generalmente alarmantes, pero postergables.
Saben y sienten que en cualquier momento podemos convertirnos en un conflicto y están dispuestos a evitarlo reviviendo algo semejante a la doctrina Kissinger: Apretar en lo político, económico y militar.
Si esta argumentación fuera relativamente acertada, entonces estamos en vísperas de que algo suceda. Entendiendo lo ambiguo de que en la vida de los pueblos todo puede suceder a largo plazo o también mañana.
Nuestros cuatro embajadores basados en EU y el Centro Nacional de Inteligencia, ¿qué nos dicen sobre lo que el Potomac calla?, ¿hacia qué se ha reorientado la doctrina Kissinger? ¿Qué hay nuestro en la pantalla del Department of State?