Acapulco, Gro. Restauranteros de la playa Alfredo Bonfil, ubicada en la zona Diamante de este puerto, se apresuran a reconstruir y habilitar sus locales, con la esperanza de estar en posibilidad de recibir turistas durante los últimos días de 2023, periodo considerado temporada alta.
Sin embargo, hay un inconveniente: el periodo de marea alta, que se inició 72 horas después del huracán Otis, el pasado 25 de octubre, se prolongó más de un mes, lo que ocasionó la pérdida de la franja de arena, que normalmente era de 120 metros, y se redujo a tres o cuatro metros, y en algunos puntos desapareció.
Al menos 10 establecimientos se encuentran en emergencia, pues las olas los golpean, por lo que sus propietarios reúnen fuerzas diariamente, como lo han hecho desde que Otis azotó Acapulco, para intentar contener el embate de la naturaleza. Para ello usan rocas, costales de arena e incluso escombros de sus propios locales.
En la mayoría de los comercios se percibe actividad, ruido de martillos, taladros, de hombres que repararan techos, enramadas, mientras surfistas prueban suerte en las olas casi perfectas de la playa Bonfil.
Aquí fue tornado, luego el huracán y luego la marea alta
, afirmó Zeferino Castro, mesero de El Pulpo, quien coincide con otros pobladores en que el meteoro penetró por la zona del hotel Tres Vidas, a la altura del Plan de los Amates; golpeó de lleno en la zona de restaurantes de Bonfil desde alrededor de las 10 de la noche del martes 24 de octubre y hasta la una de madrugada del 25, cuando atacó con mayor fuerza, y su intensidad disminuyó a las 3:30 horas del miércoles.
Estuvo horrible
, dijeron Roy y Brenda, vendedores ambulantes de tacos y aguas frescas en la comunidad de Bonfil. Expusieron que cuando recorren las calles observan televisores descompuestos y pinturas murales alusivas al turismo.
Una esperanza para el pueblo de Bonfil es el turismo de aventura, como el de surfistas, que pueden hospedarse en cabañas o dormir en hamacas.
Víctor Pérez, de la tienda Bonfil Surf Shop, expresó: Abrimos hace como 15 días, más que nada porque las olas están muy buenas, pero la actividad económica está muy mal
.
Resaltó que la zona turística de Bonfil está apta para que la gente acampe. Hay cabañas, hamacas, hay de todo un poco, esperamos recibir gente para surfear
. Mencionó que los establecimientos están listos para recibir comensales.
Después del huracán el clima se calmó. Ya había mar de fondo, pero tres días después el oleaje se empezó a intensificar
, relató Mónica Ballerino, del campamento tortuguero Playa Hermosa. Sostuvo que desde meses atrás muchos ambientalistas nos dimos cuenta de que ocurrían cosas extrañas en Acapulco: el coral se puso blanco, pues empezaba a morir. Aquí había peces muertos
. Señaló también la presencia de ballenas, como la que se avistó este jueves, a pesar de que las aguas en este momento son cálidas en Acapulco.
Esta marea es más cercana, más larga, más intensa; en años pasados luego luego bajaban las olas y regresaba la arena; le estamos tirando piedras. Algo tenemos que hacer para proteger nuestros restaurantes. El mar no se ha retirado
, acotó Arturo Miranda, de La Cabaña de Lucio, quien señaló que el oleaje afecta a 40 restaurantes de la playa Bonfil.
Advirtió que entre las 3 y las 4 de la madrugada las olas revientan con más fuerza en los cimientos de su establecimiento, lo que aumenta la incertidumbre.
Sembrarán 700 mil árboles
El director de ecología municipal, Jesús Castillo Aguirre, anunció que el ayuntamiento pretende sembrar 700 mil árboles en una primera fase, hasta llegar a millón y medio de ejemplares, lo que deberá coincidir con la siguiente temporada de lluvias.
El funcionario destacó que Acapulco requiere un programa de reforestación, pues la cobertura vegetal sufrió graves daños como resultado del huracán Otis.