La inscripción del bolero en la lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad reconoce lo que hacen los portadores como comunidad, eso es lo importante, no las estrellas del escenario
, afirmó Cecilia Margaona, cofundadora del Instituto del Bolero de México y una de las principales impulsoras del reconocimiento de la Unesco.
En entrevista con La Jornada, destacó que uno de los puntos que más preocupación ha despertado es el fortalecimiento de las capacidades de autogestión de los portadores. Es muy importante porque hay que dar herramientas que puedan identificar y trabajar en conjunto, además de asegurar que la comercialización no se los va a comer; que puedan defender su patrimonio, que también tiene que evolucionar y modernizarse
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Por su parte, Sonia Virgen, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, también en entrevista con La Jornada, sostuvo que la declaratoria se refiere a la práctica de comunidades de portadores, que pueden ser personas que la transmiten a través de las bohemias en México y las peñas en la isla o la familia
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Añadió: tenemos familias que han transmitido durante generaciones la práctica del bolero. Se inscribió porque es patrimonio vivo y se mantiene. Aunque es la misma de las primeras piezas a las de hoy, se le han ido agregando instrumentos y las voces le dan otro sentido, otro ritmo
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Virgen explicó que, aunque muchos cubanos preguntan por qué se hizo la propuesta en conjunto con México si el bolero nació y es patrimonio de Cuba, es patrimonio vivo que compartimos porque tenemos practicantes en ambos países
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Margaona recordó que en 2018 se cumplió el primer centenario en México del bolero, que llegó por Yucatán y Veracruz; desde entonces ya asistían a la Cámara de Diputados, a la Comisión de Cultura.
En esta expresión cultural, sostuvo la promotora mexicana, han ocurrido fenómenos como el que después de su llegada a nuestro país se le adaptó el requinto, los tríos y todo eso, y entonces regresa el bolero a Cuba e influencia el bolero de esa nación, porque es un patrimonio vivo
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Resaltó que este tema recae en la identidad como individuos, mexicanos o cubanos, latinoamericanos y hasta como hispanohablantes. Nos da valores, formas de vida y conceptos. Cuando hay migración, tanto de Cuba como de México, lo único que te puedes llevar es tu cultura, que sirve como resistencia. Es una fuerza sumamente importante en un mundo donde todos estamos haciendo migración
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Virgen agregó que muchas veces los cubanos creemos que estamos escuchando un bolero de nuestro país y es uno mexicano, y viceversa. Ha habido tanta unidad y tanto trasiego de artistas entre Cuba y México que ha permitido que nos fundamos en esa práctica cultural
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Recalcó que el portador no sólo es quien canta la melodía, sino también quien compone la letra, le pone la música, la arregla, el que baila y el que se sienta a escucharla. En los expedientes para la inscripción comenzamos sensibilizándolos, pero también a las autoridades de por qué era necesario trabajar y potenciar el bolero
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Una vez dada la inclusión en la lista de la Unesco, subrayó Virgen, asumimos una mayor responsabilidad. Veníamos trabajando el plan de salvaguardia desde la declaratoria como patrimonio de la nación y se ha fortalecido al hacer el expediente
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Se congratuló de que recibieron una felicitación por el expediente, en el que se incluyeron planes de salvaguarda con medidas por etapas que perseguían el mismo fin. Eso significa que no vamos a dejar que en ninguno de los dos países se pierda la responsabilidad que tiene el portador de mantener el bolero, ni la del resto de la comunidad y las autoridades
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Refirió que era imposible que sólo especialistas e investigadores participaran en la iniciativa: era esencial la colaboración de los portadores, que “han logrado una gran sensibilidad con la declaratoria, con hacer el expediente y eso nos llena de regocijo.
A partir de la inscripción, el festejo ha sido inmenso en los dos países.
, concluyó Sonia Virgen.