Guadalajara, Jal. En la presentación del libro Helguera: Caricaturista, el salón 4 de la Feria Internacional del Libro (FIL) fue invadido por gorilescos y adustos policías, intimidadores políticos enviados por el régimen y descargas eléctricas activadas a distancia si alguien osaba hablar mal del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en esta dictadura que padece México desde 2018, tras sexenios de paz y libertad.
Risas, muchas risas siguieron a la descripción anterior que hicieron en broma el dibujante José Hernández y la periodista Alma Muñoz, acompañados por el monero Rapé, como respuesta a una pregunta del público referente a la censura contra los caricaturistas, comparando a la actual administración federal con las anteriores.
Hernández recordó que Helguera siempre tuvo presente que al poder hay que criticarlo, pero estaba muy consciente de que éste no sólo es político, sino económico y mediático.
Explicó que su amigo y compañero en La Jornada siempre luchó por tener un gobierno de izquierda: todo el trabajo que hizo era justamente para tener un gobierno así
, por lo que consideraba estúpido montarse en una campaña de crítica como la que sostienen medios de comunicación hegemónicos.
Contó que cuando se estructuraba la línea narrativa del libro se dio cuenta de que el trabajo de Toño va del inicio, desarrollo y declive del modelo neoliberal. Empieza a principios de los años 80; a lo largo de su trayectoria de tres décadas su obra es la mejor crónica que hay de este capitalismo salvaje que tanto daño hizo al mundo, no sólo a México. Además, su muerte coincide con el declive de este modelo y, esperemos, con su extinción
, explicó.
Hernández contó que el libro proviene de la frustración
de la editorial Sexto Piso, que en varios intentos buscó hacer un libro con Antonio Helguera Martínez (1965-2021), como una novela gráfica que, con la participación de Paco Ignacio Taibo II, se realizaría como memorial de los 50 años del 2 de octubre de 1968.
“Eduardo Rabasa se quedó con esa espinita de hacer un libro de Helguera; cuando falleció Antonio, entonces Eduardo dijo que quería hacer un libro. Un año después en Los Pinos se inauguró la exposición Travesuras de Helguera en Los Pinos, con cartones en los que se pitorrea del hogar de los presidentes... una muestra maravillosa; la idea original era hacer un catálogo de ésta, pero luego pensamos que era necesario extendernos”, agregó el caricaturista.
Recordó que Helguera, además, era un gran dibujante, ilustrador y retratista y, si bien muchos de sus cartones tienen de modelo a personajes detestables
, también dibujó a gente que no lo era para nada
, lo que también se incluye en el libro.
Evocó la etapa de grabador de Helguera, y que estuvo muy interesado en el tatuaje, arte que comenzó a desarrollar, aunque nunca consolidó. Hernández, quien fue editor y curador del libro, destacó en el material escogido el que se refiere a la crítica al poder eclesial, porque decía que en la inmoralidad, en la antiética, en la hipocresía de la cúpula eclesiástica, se veía de manera muy obvia
la protección en cientos de casos a curas pederastas.
Adelantado a todo
Alma Muñoz, viuda de Toni, como lo llamaba cariñosamente, dijo que a él le gustaba mucho acudir a la FIL para expresar y defender los ideales de izquierda y hacer patentes sus críticas, lo cual quedó “fielmente reflejado en las páginas de esta antología.
“Por eso lo emocionó tanto que le dieran La Catrina, ya que se le reconoció como gran caricaturista, a la altura de sus grandes maestros Rius, Naranjo, Helio Flores, El Fisgón, y de aquellos que admiraba tanto. Eso lo hacía único, no sólo sus trazos, sino que se adelantaba a todo”, añadió conmovida.
La reportera de La Jornada expresó que será difícil dejar de llorar su ausencia, verlo en videos de entrevistas o conferencias, pero, como familia, “hemos aprendido que reconociendo y agradeciendo al padre, al esposo, al amigo, al compañero, al maestro, al periodista, al chamuco, al jornalero, es la manera de salir adelante.
Nuestros dos hijos son universitarios y como parte de sus estudios han vivido la grata sorpresa de tener que analizar caricaturas de su padre. La semana pasada mi hijo presentó el trabajo final con su equipo; en el estudio de su padre grabaron un video, analizaron caricaturas y aún recuerdo cómo le brillaban los ojos cuando mencionó lo bonito que sintió, dijo, aquí, en el pecho, cuando escuchaba a sus compañeros hablar de Helguera. Eso es lo que vale.
Dijo que cuando le propusieron la antología lo pensó mucho y habló de ello con sus hijos, porque sentían que ya habían dicho en homenajes póstumos mucho de su vida y obra, y que necesitaban tiempo para continuar con la recuperación.
“Pero también hemos aprendido que la obra de Helguera es muy necesaria para entender estos tiempos.
Así es como lo mantenemos con nosotros, siempre presente, con una obra que no caduca y que es reconocida por muchos a los que también les duele su ausencia
, expresó Muñoz.