Japón, por ejemplo, importa 80 por ciento de los recursos naturales –que no tiene– pero gana mucho más en exportar productos industriales. Eso ocurre con muchos países europeos que invierten en el desarrollo de su gente, desde la niñez. Pareciera que confiados en las riquezas naturales, los gobiernos de América Latina se olvidan de la niñez, que es en realidad el recurso natural más valioso, aunque por abandono temprano se convierte en masas de migrantes.
En México, ningún presidente se ha preocupado lo suficiente por la niñez: 1) Creen que no es deber del Estado. Pero la Constitución establece que si los padres fallan (por pobreza, ignorancia o cualquier otra causa), el Estado debe crear condiciones y políticas públicas que corrijan esa situación. 2) Porque como los niños no votan, no pueden ser un sector clientelar. 3) Porque convertirse en presidente no hace que un político se convierta en estadista. Nuestros políticos son inmediatistas, sin visión de futuro. Falta patriotismo, se impone la ignorancia. Sobran políticos listos, pero faltan los inteligentes.
Con Alejandro Valenzuela, profesor-investigador de la Universidad de Sonora, hemos calculado el presupuesto para un megaproyecto que asegure salud, nutrición y educación para todo infante mexicano desde las propias escuelas. Se necesita 20 por ciento del presupuesto de 2024, pero la recuperación es total. Está bien documentado que niñez en pobreza da origen y multiplica la desigualdad social. Votemos por un país en el que los privilegios sean solamente para niñas y niños.