Pero la política puede ejercer en el curso de los combates una influencia igual o mayor que la naturaleza. Junto con el frío emerge otro factor que mantendrá el actual equilibrio de fuerzas al menos cuatro meses: los comicios presidenciales del 17 de marzo siguiente en Rusia, en los que Vladimir Putin será postulado para un quinto mandato al frente del Kremlin.
A raíz de que el ejército ruso continúa sin poder tomar la localidad de Avdiivka, sufriendo numerosas bajas durante los ataques, trascendió que el general Valeri Guerasimov, jefe del Estado Mayor del ejército y responsable máximo de la operación en Ucrania, solicitó llevar a cabo un amplio llamado a filas. Sin embargo, los operadores políticos de Putin no quieren que esa impopular medida derive en protestas en las calles que puedan opacar su relección, debido a lo cual no habrá movilización de reservistas antes de abril siguiente.
Moscú, que pese a las sanciones sigue disponiendo de dinero procedente de la venta de petróleo y gas, y contará en 2024 con el mayor presupuesto militar de su historia, sin rotar a sus soldados ni lograr superioridad numérica de efectivos, no está en condiciones de hacer retroceder a las tropas ucranias fuera de las cuatro regiones que se anexionó en septiembre de 2022.
Kiev asume que su famosa contraofensiva generó demasiadas expectativas y escasos resultados, y ya gastó cerca de 90 por ciento de los 60 mil millones aprobados por el Congreso de Estados Unidos, mientras no es claro qué va a pasar con el paquete de ayuda financiera conjunta para Ucrania e Israel que supone para el ejército ucranio 61 mil millones adicionales, por lo cual el presidente Volodymir Zelensky acaba de ordenar a sus tropas fortificar las posiciones a lo largo del frente.
Todo apunta a que, en la primavera siguiente, Ucrania estará más a la defensiva y Rusia lanzará una ofensiva para ocupar nuevos territorios.