Managua. El gobierno de Nicaragua aseguró ayer que “cumple con protocolos de atención médica” al encarcelado obispo católico Rolando Álvarez, un crítico del presidente Daniel Ortega que cumple una condena de 26 años de prisión.
Los días miércoles y jueves “se cumplió con los protocolos de atención médica, exámenes de laboratorio, y lectura de resultados a Rolando Álvarez, en el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro”, declaró el ministerio de Gobernación (Interior) en un comunicado divulgado por medios oficialistas.
Congresistas de Estados Unidos pidieron la liberación del obispo en una sesión en la que dos expresos exiliados nicaragüenses dijeron que las autoridades de Nicaragua lo consideran “la cabeza pensante” y el organizador de “un golpe de Estado fallido” en 2018.
Ortega afirma que en 2018 enfrentó un intento de golpe de Estado promovido por Washington durante los tres meses de protestas que, con bloqueos de calles y choques entre opositores y oficialistas, dejaron más de 300 muertos, según la Organización de Naciones Unidas.
La nota de gobernación, la segunda del gobierno en la semana, mostró imágenes del obispo bajo auscultación médica y también conversando con un médico y otra persona.
El martes, el gobierno dijo que “las condiciones de reclusión (de Álvarez) son preferenciales y se cumple estrictamente con el régimen de consultas médicas, visitas familiares y recibimiento de paquetes, contrario a lo que campañas calumniosas pretenden hacer creer”.
Álvarez, quien el lunes cumplió 57 años, fue condenado el 10 de febrero a 26 años y cuatro meses bajo cargos de traición a la patria, propagación de noticias falsas y desacato, entre otros, un día después de que rechazara marcharse a Estados Unidos junto a 222 opositores presos expulsados del país.