Madrid. Las tres fuerzas independentistas, de izquierda y republicanas del Estado español, la vasca EH-Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), se ausentaron del discurso de inicio de la nueva legislatura que tradicionalmente pronuncia el Rey Felipe VI, como una forma de repudiar a una “institución anacrónica” e “incompatible con principios democráticos esenciales”. Durante la sesión parlamentaria sólo hablaron el monarca y la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol.
EH-Bildu, ERC y el BNG decidieron ausentarse del Parlamento en el primer día oficial de la legislatura, en un gesto con el que quieren denunciar el origen de una institución como la Casa del Rey española. En un comunicado conjunto, las tres formaciones explicaron que “la Monarquía es una institución anacrónica, incompatible con principios democráticos esenciales en tanto que hereditaria y vitalicia. En el caso del Estado español, además, ese carácter antidemocrático se ve acentuado por el hecho de haber sido impuesta por el dictador Franco y ser, en esa medida, una herencia del franquismo”.
De ahí que lamenten que “la Monarquía Española es un estamento que no responde a los valores republicanos de libertad, igualdad y democracia que tanto los ciudadanos y ciudadanas de nuestros pueblos como las mayorías sociales del Estado anhelan. Una verdadera democracia solo será posible desde la ruptura con la herencia, las bases y valores que representa el Rey y su figura. Por ello, consideramos que el Rey y la Monarquía, que no son elegidos democráticamente, deben dejar de ejercer su tutela sobre la ciudadanía y sobre los gobiernos y parlamentos que sí lo son. Solo así se podrá avanzar en libertad y en democracia”.
Además señalaron que “el Rey español no es un interlocutor válido para nosotras y nosotros. Ni tiene la legitimidad de nuestros pueblos, ni le reconocemos ninguna función política. Menos aún cuando su papel para con nuestras naciones no ha sido otro que el de intentar imponer proyectos y valores antidemocráticos”.
El Rey Felipe VI, como es habitual en sus discurso ante el Congreso, apeló a la “unidad” y a la “defensa de la Constitución de 1978”.