Para Samuel, el de Nuevo León, la furia del ataque de los mismos que alguna vez lo alentaron resulta desmedida, pero como Samuel decidió apoyar a la 4T –signifique lo que signifique hoy en día–, se convirtió en el enemigo a destruir.
Hoy, a Samuel se le acusa de todo. Se le culpa por ser joven, también por dejarse acompañar por su esposa y su hija en los actos de campaña –o como se llame– en los que él participa como figura principal, pero fundamentalmente por no someterse a las órdenes de los grupos contrarios al gobierno.
¿Samuel se equivocó? No, su instinto político le dijo que sí, que debería salir a competir. Es muy probable que no gane, pero la experiencia que habrá tomado será definitiva para enfrentar una circunstancia como la actual.
Él sabe que el mayor disgusto de quienes durante mucho tiempo se dijeron sus amigos está en lo que significa su candidatura. Samuel es el tiro de gracia para la derecha representada por Xóchitl Gálvez. Eso, para la derecha derrotada desde ya, debe tener un precio y Samuel debe pagarlo, por eso los ataques, por eso las presiones, incluso sobre su esposa. Eso es lo que nos ha dejado ver la alianza de derecha en estos días. Samuel lo sabe y aguanta los insultos, el vituperio.
El que antes fuera una promesa para el neoliberalismo hoy se ha convertido en el ladrón, el que va a robar a las clases medias del dominio de la derecha, ese es el punto. Pero no sólo eso. Si la situación es como ellos pretenden, la escasa esperanza de la señora X de conseguir un número aceptable de votos, cuando menos los que les proporciona la clase media, ahora ya está en duda.
El impacto de este elemento en los acuerdos de la alianza ha sido más fuerte de lo imaginable. Para nadie es desconocido que aún ahora no hay acuerdos entre los partidos que la componen, y que ahora sí el PRI busca tomar la mayoría de los puestos en concurso, lo que el PAN no acepta y el PRD acecha para colgarse de quien gane la discusión.
Se asegura que el PRI dejó pasar a la señora X siempre que los azules dieran libertad a los de Alito de meterse en poco más de 60 por ciento de los puestos en disputa, acuerdo que hoy se niega y que pondría a la alianza al borde del rompimiento.
El asunto es que la votación a favor de la derecha puede caer a niveles muy poco vistos, y obligaría a repensar en la reconstrucción de las derechas en el país, cuando menos se tendrá que renovar la idea del quehacer de lo político electoral en el país.
Por lo pronto, el disgusto entre Santiago Creel y la señora X se ha profundizado. Ella no hace caso de los consejos y las advertencias que el ex secretario de Gobernación le hace y él está decidido a no colaborar, de ninguna forma, en los trabajos que doña X emprende. Frente a eso nadie ha hecho nada y el encono se vuelve más grande y la confusión aumenta. Ni modo, ahora que le digan al otro X cómo le hacen para desfacer el entuerto que él y su odio y ambición crearon.
De pasadita
La conformación del Congreso de la Ciudad de México para el próximo gobierno tendrá dificultades y vicios adquiridos.
Para empezar, habrá que recordar que la mitad o más de los diputados locales no estaban o están de acuerdo con los resultados de las elecciones internas en Morena, y casi todos buscan la relección.
La otra mitad se pronunció a favor de los resultados que anunció Morena, y también quieren seguir sin hacer nada, bien atornilladas y atornillados en los sillones del Congreso. El caso es que los que vienen de atrás, que también tienen sus preferencias, buscan airear el Congreso de las malas vibras heredadas. Vamos a ver.