Valle de Bravo, Méx. Derivado de la situación en que se encuentra la presa Miguel Alemán –una de las que alimenta al Sistema Cutzamala—que en la actualidad se encuentra al 36 por ciento de su capacidad, su mínimo histórico en los últimos 30 años, pobladores y prestadores de servicios de Valle de Bravo realizaron una caravana y marcha del embarcadero principal, hasta la compuerta de este embalse que maneja la Comisión Nacional del Agua, para exigir que se implementen acciones urgentes a fin de evitar este lago se seque por completo.

A decir de las autoridades, de seguir en esta dinámica de escasa lluvia y la necesidad de seguir extrayendo agua de este lugar para enviarlo a la Ciudad de México y municipios conurbados a la capital a través del Sistema Cutzamala, el volumen de líquido existente en este lugar solo alcanzaría hasta junio del próximo año.

Apenas a principios de noviembre, la Conagua determinó reducir el caudal de agua que se extrae de esta presa, de 12 a 9 metros cúbicos por segundo, para evitar que el líquido se agote antes de marzo.

Los pobladores y prestadores de servicio acusaron que las autoridades federales han dejado crecer el problema y ahora se encuentran en un punto donde casi ya no hay retorno, por lo que exigen que se deje de extraer más agua de los flujos que entran al embalse.

Los pobladores indicaron que la crisis inició hace 13 años, cuando alertaron que la presa llegó al 50 por ciento de su capacidad. En 2010, se realizaron las primeras movilizaciones para pedir a la Conagua tomara cartas en el asunto para que el volumen del lago no decreciera más. Sin embargo, año con año, el volumen de lluvias en la zona descendió y la cantidad de agua que llegaba a la presa cada vez era menor.

Los pobladores también denunciaron que en la última década muchos arroyos se secaron pues fueron desviados hacia propiedades particulares en las partes altas del municipio y con el paso del tiempo se ha descubierto que existen poco más de 300 lagos artificiales en ranchos y conjuntos campestres en comunidades como Avándaro y Acatitlán, principalmente propiedad de magnates de medios de comunicación, banqueros y empresarios de diversas ramas.

“Conocemos de sobra las razones para que la presa de Valle de Bravo llegara a esta lamentable situación: la extracción de volúmenes de agua mayores a los flujos de entrada; variaciones en patrones de lluvia; deterioro ambiental debido a diversos factores como cambios de uso de suelo , disminución de la cobertura boscosa y pérdida vertical del suelo; desvíos ilegales de caudales aguas arriba en la cuenca; apertura ilegal de pozos artesianos en la cuenca alta y la construcción ilegal de bordos de grandes dimensiones para uso recreativo de particulares”, dijo Esther Carrillo, vecina encargada de leer el posicionamiento comunitario.

Manifestó que tras la marcha que realizaron el pasado 2 de septiembre, donde se hicieron llegar peticiones a la Conagua, no hubo respuesta alguna a las demandas ni compromiso de la autoridad.

Ayer, representantes de pobladores de Valle de Bravo, prestadores de servicios y autoridades municipales encabezadas por la alcaldesa Michelle Núñez, sostuvieron una nueva reunión con la Conagua en Palacio de Gobierno de Toluca, donde nuevamente “la autoridad federal se negó a hacer compromisos como el hecho de garantizar que no se seguirá sacando más agua de la presa de la que entra”.

“La Conagua no ha entendido que así como Tlalnepantla, Naucalpan o Lerma viven de la industria y son importantes, Valle de Bravo vive del turismo generado alrededor del lago y la vida y crecimiento del municipio es tan importante y valiosa como la de Tlalnepantla, Naucalpan o Lerma”, se dijo durante la lectura del posicionamiento de los pobladores y prestadores de servicio de este Pueblo Mágico.

Los vecinos y prestaciones de servicios suplicaron a la Conagua la instalación de mesas de trabajo con el pueblo de Valle de Bravo, con el fin de explicarles la importancia de conservar la presa no sólo para la gente que aquí vive, sino también para los habitantes del Valle de México, “pues si se seca la presa, de dónde sacarán el agua para suministrar el líquido a la capital del país”.

Los vecinos organizados recalcaron que la idea es encontrar un mecanismo que permita que la presa no baje su nivel de almacenamiento a menos del 60 por ciento.

Indicaron que la presa actualmente tiene un déficit de 17 metros de altura y varios negocios flotantes que estaban asentados dentro del embalse, han tenido que recorrerse 200 metros hacia adentro para no quedar encallados.