Madrid. Pere Aragonés, presidente de la comunidad autónoma de Cataluña, se mostró convencido de dos escenarios próximos en la realidad política de la región, que se impulsarán gracias al apoyo para la investidura del actual presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez.
Y se trata de dos exigencias históricos del separatismo: la celebración de un referendo de independencia en los próximos cuatro años o, al menos, “fijar las condiciones para celebrarlo”, y, la segunda transformación, que es la consolidación de la autonomía fiscal total catalana, lo que supondría un sistema de tributaciones similar a los que tienen actualmente el País Vasco y Navarra.
En una rueda de prense posterior al Consejo Ejecutivo del gobierno catalán, Aragonés, que pertenece a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), explicó que el escenario político que se abrió en el Estado español tras los comicios del pasado 23 de julio suponen una “oportunidad histórica” para desarrollar precisamente uno de los reclamos más arraigados en los sectores independentistas de la sociedad catalana, que es la celebración de un referendo de autodeterminación vinculante. Según las negociaciones con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), éste se habría comprometido a “trabajar” en esta vía, que sería similar a lo hecho en otros países europeos, como es el caso de Escocia en el Reino Unido.
El objetivo de Aragonés y de ERC es que este referendo, de celebrarse, sea de mutuo acuerdo con el gobierno central español, lo que facilitaría en caso de que se confirme la mayoría a favor de la independencia, una desconexión del Estado español negociada y tersa.
Aragonés también anunció que había encargado a los técnicos de la consejería de Economía y Hacienda de su gobierno un informe sobre la situación fiscal de la región, de cara a presentar una “propuesta de financiación singular”, que se asemejaría a la que tienen hoy en día el País Vasco y Navarra, que les permite absorber bajo su propia administración todos los impuestos que recauda, con lo que gozan de prácticamente una autonomía fiscal, a lo que también aspira el nacionalismo catalán.
Aragonés enmarca esta propuesta en la “nueva etapa” y en el “acuerdo” alcanzado con el PSOE, que “debe contemplar que la Generalitat recaude y gestione todos los impuestos con el objetivo de acabar con déficit fiscal, además de desarrollar los mecanismos para asegurar el cumplimiento de las inversiones comprometidas con Cataluña”.
En otro asunto, la policía española informó de la detención de cuatro personas relacionadas con las protestas que se han llevado a cabo en las últimas semanas frente a la sede central del PSOE en Madrid, en la que han participado militantes y simpatizantes de extrema derecha.
Entre los detenidos se encuentra Pablo Lucini, delegado en Madrid del partido de corte fascista Democracia Nacional. Los cuatro detenidos se suman a las 70 personas más a las que la policía les abrió un expediente por desórdenes públicos.