A cuatro años de que fue hallado sin vida, Arnulfo Cerón Soriano, sus compañeros del Frente Popular de la Montaña, y el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, demandaron justicia, y denunciaron que el Poder Judicial, demeritó muchas pruebas del caso; en tanto, este mediodía fue depositada una ofrenda en el lugar en donde el dirigente indígena fue encontrado muerto después de haber sido secuestrado el 11 de octubre de 2019, en el municipio de Tlapa de Comonfort en la Montaña Alta de Guerrero.
Conferencia de prensa virtual, el director del Centro Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, reconoció la trayectoria de Arnulfo Cerón Soriano “ fue parte de los trabajos que iniciamos en el Centro Tlachinollan, hace alrededor de 29 años. Él se incorporó como un estudiante que realizó su servicio social, junto con otro compañero, Elmer Pacheco, egresado de la Universidad y originario de la región de la Montaña”.
A cuatro años de haber encontrado a Arnulfo “el día 20 de noviembre, como a la una de la tarde, más o menos, estábamos en el paraje de los Tres Postes en la periferia de Tlapa, cuando la máquina arrojó un pedazo de tela y posteriormente se tuvo indicios de que había un cuerpo en esa parte que se estaba escarbando; resultó ser el cuerpo de Arnulfo, que estaba casi a cuatro metros de profundidad”.
Qué fue lo que llevó “a que personas decidieran quitarle la vida, desaparecerlo y enterrarlo, no con palas, con máquina, a cuatro metros, en un terreno donde seguramente es una fosa clandestina para que nadie supiera. Pero pudo más la fuerza, el ímpetu de verdad y la exigencia de justicia de sus compañeros del Frente Popular de la Montaña, de nosotros como compañeros también de Arnulfo como centro de derechos humanos, de su familia que no concebía esta tragedia en la forma como se había tratado a Arnulfo”.
Tuvimos que acudir “a las autoridades del estado, como al gobierno federal, como a la oficina de la ONU, conmocionó a la opinión pública la desaparición de Arnulfo porque se reconoce su trayectoria como un defensor de derechos humanos, un defensor indígena en una región sumamente pobre, abandonada, donde las autoridades se han caracterizado de ser corruptas, de ser lucradoras de los bienes públicos”.
“Qué pasa en nuestro estado, por qué suceden estos hechos atroces donde los defensores son asesinados, son desaparecidos, como Arnulfo. No es un caso que podamos decir extraordinario, no es un caso que sucedió porque nunca había sucedido. No, es un caso recurrente que los defensores y las defensoras de Guerrero son asesinados, son desaparecidos”, cuestionó Barrera Hernández.
Imagínense los casos “de Arturo Hernández Cardona, en Iguala, que precisamente también tuvo conflictos con la autoridad municipal, con el presidente (José Luis) Abarca en esos años, y que el presidente agarró tirria contra Arturo Hernández; y como también hizo bloqueos, tomas del ayuntamiento; y como última acción tomó una caseta. Y cuando ya regresaba al domicilio de su oficina, fue cuando lo interceptaron y lo desaparecieron junto con otros compañeros”.
Se habla de que “tuvo que ver el presidente Abarca, con la desaparición y asesinato de Arturo Hernández, precisamente meses antes de que desaparecieran a los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Qué se sabe del caso de Arturo Hernández, bueno, ahorita se sabe que es responsable el ex presidente, pero fuera de eso la situación sigue igual en Iguala”.
Parecido a esta situación “Arnulfo vivió estas condiciones de criminalización, de persecución, de hablar mal de su trayectoria. No digamos el otro compañero, Ranferi Hernández y su familia, su esposa, su suegra, su ahijado, cuatro que venían de Ahuacuotzingo a Chilapa, y ahí en Nejapa los interceptaron igualmente y los asesinaron, los quemaron a kilómetro y medio de donde estaba un retén militar. Hasta la fecha, después de su asesinato, no sabemos quiénes son los responsables de estos atroces hechos”.
Así podemos ir contando historias de defensores y defensoras “ apenas tuvimos otro aniversario más de Eva Alarcón y del compañero (Marcial) Bautista, de la Organización Campesina Ecologista de la Sierra de Petatlán. Fueron también interceptados cuando iban en un autobús; se habla de que previamente el ejército subió a hacer una revisión, y posteriormente estaba la delincuencia con la policía ministerial en otro retén y ahí fue donde los bajaron. Están desaparecidos, no se sabe de ellos. Y así, la compañera Rocío Mesino que también recientemente cumplió otro aniversario de su asesinato”.
Es una efeméride de la violencia “contra defensores y defensoras en Guerrero, y lo que caracteriza estos crímenes es la impunidad, es, sobre todo, la falta de investigaciones a profundidad. Vemos que el Poder Judicial, en verdad no está cerca de las víctimas para poder escuchar este clamor de justicia”.
Es grave “que en Guerrero no exista un acercamiento, ni siquiera canales de interlocución para abordar la problemática de los defensores sobre todo una política de derechos humanos. Nosotros hemos entendido que la cuarta transformación pasa precisamente por el respeto a los derechos humanos por una política de estado cimentada en la dignidad humana y en el respeto de estos derechos, y obviamente el tema de la de justicia y la verdad son centrales para una verdadera transformación”, concluyó Barrera Hernández.
