Las propuestas del presidente electo de Argentina, Javier Milei, van por un cambio que “se ve muy complicado”. De concretarse, implicarán un “ajuste tremendo (…) que va a sufrir la población”, advirtió Gabriel Casillas, economista en jefe para México y América Latina en Barclays.
Primero se requiere un ajuste fiscal, independientemente de la dolarización de la economía. Eso quiere decir, reducir los subsidios a las tarifas eléctricas, al transporte, al gas, lo cual tendrá un efecto inflacionario en una economía que hasta octubre registró un encarecimiento general de precios de 142.7 por ciento anual.
Si bien la depreciación cambiaria del peso argentino es de más de 500 por ciento en los últimos doce meses, dolarizar se vuelve irrealizable para una economía que tiene reservas internacionales negativas por 15 mil millones de dólares.
Entre las propuestas económicas que hizo Milei para imponerse en las urnas frente al actual secretario de Economía, Sergio Massa, se cuenta el cierre del banco central; la dolarización de la economía; recortes al gasto público en obra pública y subsidios; cierre de empresas públicas y privatizaciones masivas.
“Sin reservas no se puede dolarizar”, zanjó Casillas. No obstante, más allá de que si son ejecutables las propuestas de Milei, el mercado ha tomado con optimismo su triunfo y se ha visto una revalorización de los bonos.
En el frente político, Milei tiene por delante llevar a cabo reformas sin el apoyo del Legislativo. Cuenta con el respaldo de 15 por ciento de la Cámara de Diputados y aún es menor en el Senado, donde alcanza 10 por ciento, explicó el economista de Barclays.
En caso de que Milei pueda hacer el ajuste fiscal y contar con reservas para poder dolarizar, “en ese momento el ajuste que va a sufrir la población es enorme”, hiperinflaciones de 50 por ciento mensual o más, advirtió Casillas.