Monterrey, NL. El manejo profesional y responsable de cuencas hidrológicas a nivel nacional e internacional, evitará el colapso de las mismas y que lleguemos al abatimiento de acuíferos y que tengamos que enfrentar el “Día Cero”, como ya se estuvo a punto de llegar en Nuevo León, hace dos años.
Lo anterior se puso de manifiesto, en el marco del VI Congreso Nacional de Manejo de Cuencas teniendo como sede el Centro Cultural Colegio Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo león, en Monterrey.
El doctor en Geociencias por la Universidad Autónoma de Nuevo León, Igor Ishi Rubio Cisneros, en entrevista dijo que el concepto de colapso de cuencas hidrológicas, debe abordarse desde el punto de vista regional y no local, además de tomar en cuenta tres factores a saber: precipitación (lluvias), escurrimientos (presas y ríos) e infiltración (aguas someras y profundas).
La doctora Adriana Resendez Maldonado, titular de la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos, abordó en conferencia magistral, “Gobernanza en Cuencas y Acuíferos Transfronterizos”.
La doctora Rosario Sánchez, señaló que un estudio elaborado por el Foro Permanente de Áreas Binacionales (PFBW, por sus siglas en inglés) reveló que la extensión de tierra con alta capacidad de recarga ha disminuido en 20 por ciento debido principalmente al desarrollo urbano y a la expansión agrícola en la zona metropolitana de Monterrey.
"El cambio en el uso del suelo en área metropolitana de Monterrey ya afectó una superficie de mil 50 kilómetros cuadrados, una magnitud comparable con 730 Parques Fundidora", difundió el Foro en un comunicado previo a la presentación. Además de las presas, cuyos bajos niveles reflejan la crisis de agua en el Estado, las áreas de recarga de los mantos acuíferos subterráneos en la zona de metropolitana de Monterrey y sus alrededores están en riesgo.
"Los municipios con mayor impacto actualmente son: General Escobedo, El Carmen, Abasolo, Ciénega de Flores e Hidalgo, que presentan porcentajes notables de sus territorios en condición de vulnerabilidad.
"Además de contar con mantos acuíferos limitados, algunos presentan contaminación que no permite su uso para consumo humano".
Estudio de la Evaluación de los Sistemas de Agua Subterránea en la Región Metropolitana de Monterrey y sus Zonas Prioritarias de Recarga es el nombre del trabajo elaborado a partir de datos de los últimos 23 años.
"El asunto aquí es que cada vez es más lo que se depende de masa subterránea, porque las fuentes de agua superficial, las presas, ni son tan confiables y en un momento de crisis lo inmediato es recurrir al agua subterránea". "Lo que sí podemos decir es que sus zonas de recarga están en disminución".
El año pasado, durante la crisis por falta de agua, la autoridad inició la construcción de pozos someros y profundos para compensar los bajos volúmenes registrados en las Presas Cerro Prieto y La Boca, que quedaron prácticamente secas.
También, como solución se construyó el Acueducto El Cuchillo 2, cuyo arranque ha sido parcial y busca eventualmente duplicar la extracción al embalse de China.
Con una conferencia magistral en la que estuvo presente el Director de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán Villarreal, arrancó el VI Congreso Nacional de Manejo de Cuencas 2023.
Adriana Reséndez Maldonado, dijo,"Estamos enfocados en mejorar el conocimiento de los acuíferos y en respetar los marcos legales de México y Estados Unidos, no contravenir a lo establecido en el Tratado de Aguas de 1944".
Juan Ignacio Barragán Villarreal, Director de Agua y Drenaje de Monterrey, señaló, "Este es un Congreso que precisamente busca tener un diálogo entre académicos, organizaciones de la sociedad civil, instituciones de Gobierno, para ver cómo enfrentar los problemas de las cuencas”.
La cuenca nuestra, la del Río Bravo está sufriendo una fuerte sequía, nos afecta por supuesto en Nuevo León, le afecta a Chihuahua, a Coahuila, Tamaulipas
Esperamos de este encuentro, recomendaciones que sean valiosas para ver cómo enfrentar de una mejor manera una situación, que en el caso de la Cuenca de Río Bravo es binacional, donde también se tiene que dialogar con los Estados Unidos.
"Vamos a esperar a que terminen los escurrimientos, ya se está registrando algo de mejora y vamos a esperar todavía unos dos o tres días más para ver cómo quedan los niveles de las presas, no va ser suficiente para decir que estamos fuera de la situación de emergencia, seguimos pero ya todo lo que llueva es mejora", señaló Barragán Villarreal.
Igor Ishi Rubio Cisneros, comentó los riesgos del trasvase en la Cuenca Baja del Río Bravo, de Nuevo León a Tamaulipas, al señalar que la Conagua y el gobierno de Tamaulipas exploraron medidas de apoyo para los 4 mil agricultores del distrito de riego 026.
Tras de que de que CONAGUA anunciara el 31 de Octubre del presente año, que no se hará el trasvase de la Presa El Cuchillo en Nuevo León a la Marte R. Gómez, quedaron en evidencia varias situaciones.
Entre las medidas acordadas, destaca el desvío de agua residual de Monterrey hacia la presa Marte R. Gómez, para lo cual se requiere la construcción de un emisor de este líquido, que ha presentado un problema de seguimiento que se acordó en 1996 y el conflicto en la reserva de agua superficial, destinada para consumo humano.
También, implica la supervisión en el suministro, la falta de preparación de las reservas, así como el excedente y trasvase del agua entre estados.
A este respecto, dijo, se observa una programación dudosa de incumplimiento al acuerdo de 1996, para el ducto emisor, un proyecto en colaboración entre el Gobierno de Nuevo León L y CONAGUA] y a la Ley de Aguas Nacionales.
Destacan, la falta de supervisión del contrato de construcción del ducto emisor y la ausencia de mecanismos para ajustarlo a los riesgos naturales como las sequías, así como a riesgos inducidos, como la sobre extracción en acuíferos.
La negligencia en el cumplimiento del acuerdo, tiene la posibilidad de comprometer el derecho humano al agua de la población, dotando al trasvase con agua para uso humano. Esto ha llevado a que Nuevo León tenga que defenderse a expensas de su incumplimiento.
Esto demuestran: un desbalance hidrológico en el sistema de flujo regional; una judicialización estatal innecesaria; incapacidad institucional para garantizar la responsabilidad de advertir el riesgo y dar seguimiento a la planificación de 1996 y una dudosa práctica colegiada entre las dependencias humanas, técnicas y financieras.
Algunas de las soluciones mediante la cooperación del Estado y la Federación, serían, cumplir con el acuerdo de construir el ducto emisor para mitigar el impacto en el distrito de riego en Tamaulipas; restaurar el desequilibrio geohidrológico en la cuenca baja del Río Bravo en Nuevo León para recargar los acuíferos y derivar el caudal compartido aguas abajo, adaptando medidas integrales para prevenir vulnerabilidades similares.
Es un momento crucial para la vida en la cuenca y los usuarios tienen el derecho de conocer con transparencia cómo la comisión maneja y corrige sus decisiones.