Cuautitlán Izcalli. Independientemente de cómo se perciba la realidad del país “es necesario escuchar”, sostuvo Rogelio Cabrera López, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) al referirse a la visita que realizó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador a la sede del organismo eclesial, en donde se reunió en privado con el pleno de obispos. En conferencia de prensa, el también arzobispo de Monterrey consideró que fue una “visita fraterna” de la cual no surgieron ningún tipo de acuerdos con el mandatario, porque no se trataba de eso.
“Podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío, pero es necesario escuchar”, insistió.
En el encuentro no hubo intercambio de opiniones. De acuerdo al formato solo tres obispos, entre ellos Cabrera López, expusieron sobre los temas que preocupan a la iglesia católica, entre ellos la inseguridad que generan las actividades ilícitas del crimen organizado, y le entregaron al mandatario las conclusiones del encuentro de organismos religiosos, sociales y académicos denominado Diálogos por la Paz, realizado en Puebla a fines de septiembre pasado.
En presidente también expuso sobre diversos temas, entre ellos la situación financiera y económica del país, migración e inseguridad.
Cabrera López, indicó que también recibieron la visita de la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez y recordó que el hecho que acudan los mandatarios locales a las asambleas plenarias de la CEM es una “tradición antigua; nos acompañan en la comida”, pero dijo que en esta ocasión la mandataria mexiquense no se quedó a la comida debido a que tenía otras actividades; además de que era su cumpleaños.
Respecto a la inseguridad, el vicepresidente de la CEM, Gustavo Rodríguez Vega expuso que en materia de violencia e inseguridad “parece que no han funcionado ninguna de las metodologías que se han abordado para tratar de establecer la paz; se necesita un acuerdo entre todos los gobernantes” de la región.
Subrayó que tampoco funcionó aquella establecida dos sexenios atrás. “Recuerdo en aquel sexenio donde se decidió combatir a sangre y fuego a todos los delincuentes; resultó que la droga seguía llegando a su destino tranquilamente todos los días; no fue suficiente y fue mucha sangre la que se derramó.
“No se ha resuelto, y sí se requieren planteamientos serios, acuerdos buenos reales de las autoridades, pero también hay algo que hacer de parte de la sociedad y la iglesia, que ha estado involucrada en diálogos tendientes fortalecimiento del tejido social”.