Ciudad de México. A tres semanas del paso del huracán Otis, la emergencia alimentaria en Acapulco y en Coyuca de Benítez no ha terminado, no ha sido satisfecha; hay muchos niños, bebés, jóvenes madres y padres que no tienen el sustento, porque no hay trabajo porque la infraestructura no se ha reactivado, y obviamente no hay empleo ni capacidad de compra
, señaló Carlos Freaner Figueroa, presidente de la Cruz Roja Mexicana (CRM).
En conferencia de prensa, estimó que alrededor de medio millón de personas sufren esa carencia e informó que la CRM ha distribuido 2 mil 618 toneladas de ayuda humanitaria, consistente en 74 mil kits de alimentos diversos; se han repartido 17 mil 700 kits de higiene y 9 mil de limpieza para hogar y han enviado 8 mil 300 paquetes para infantes.
Asimismo, estableció un comedor que ha brindado comida caliente a unas 3 mil personas en los últimos cuatro días, pero la situación sigue siendo difícil. Esto, incluso con los apoyos institucionales y de la sociedad civil, añadió.
Subrayó que en Acapulco trabajan unos 400 voluntarios de la institución, por lo que su evaluación se basa en labores en el terreno. La CRM considera que la emergencia alimentaria continúa. Esta primera etapa no ha terminado. Nuestras despensas son para cinco días para siete personas
.
Pide más apoyo
Llamó a la sociedad a seguir apoyando, para que la Cruz Roja transfiera esa ayuda en especie o donativos en dinero para la compra de insumos destinados a la población de Acapulco y de las comunidades a las que aún les faltan por atender, que son 14. Ya hay presencia de la institución en 28 colonias.
La ayuda humanitaria que la institución ha canalizado a las zonas devastadas por el meteoro que azotó Guerrero ha llegado a 640 mil 937 personas. También ha distribuido 411 toneladas de agua potable y brindado 7 mil 337 atenciones médicas.
Sostuvo que Otis ha sido una de las catástrofes más destructivas
y acotó que en materia de salud hay problemas diarreicos y bronquiales, entre otros.
Calculó que la duración de la emergencia alimentaria, ante un evento tan magno
, durará unos dos meses, hasta que se reactive la vida económica en el puerto.