Madrid. Los incendios forestales están poniendo en riesgo la producción mundial de madera, ya que un área de bosque equivalente a Gran Bretaña ha ardido en las dos décadas pasadas.
Una nueva investigación advierte que esos incendios causaron una pérdida de 393 a 667 millones de metros cúbicos de madera industrial por un valor de entre 45 mil y 77 mil millones de dólares según los precios de exportación mundiales de 2021.
Según el autor principal, Chris Bousfield, de la Universidad de Sheffield, las regiones más gravemente afectadas incluyen Australia, el oeste de Estados Unidos y Canadá, la Rusia siberiana y Brasil.
Países como Australia, que ya han perdido gran proporción de sus bosques productores de madera en este siglo, probablemente experimenten ahora importantes déficits en su suministro interno de ese material
, resaltó en un comunicado Bousfield.
Esto plantea la interrogante de dónde se obtendrá la madera adicional necesaria para satisfacer la demanda y a qué costo para el medio ambiente.
El coautor del trabajo, David Lindenmayer, de la ANU y el Consejo de Biodiversidad, afirmó: “lo que es en particular preocupante es la trayectoria ascendente discernible e implacable en las áreas quemadas al año, señal clara de las crecientes pérdidas inducidas por los incendios forestales previstas debido al cambio climático severo.
A medida que nos esforzamos por satisfacer la demanda cada vez mayor de madera, está claro que los productores deben adaptarse de forma urgente mediante la adopción de estrategias de gestión innovadoras y nuevas tecnologías para contrarrestar la creciente amenaza que representan los incendios forestales.
Propuestas
Los investigadores sostienen que los gobiernos y la industria deben hacer cuatro cosas para asegurar la producción futura de madera.
En primer lugar, ampliarla mediante plantaciones de rápido crecimiento de especies de árboles menos inflamables. En segundo, establecer sembradíos en regiones con menos probabilidades de sufrir incendios. En tercero, diseñarlos mejor con el fin de reducir la propagación del fuego en los paisajes, así como los daños y riesgos para las comunidades humanas. En último lugar, adoptar tecnologías emergentes como drones con sensores infrarrojos y sistemas autónomos de extinción del fuego a fin de mejorar la detección y extinción de los incendios.
Si no se implementan estos enfoques, se podrían producir importantes pérdidas de madera en el futuro, lo que podría provocar el aumento de los precios de este material
, afirmó David Edwards de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio.
Esto, a su vez, puede aumentar el atractivo económico de la tala intensiva en algunos bosques tropicales, lo que representa una amenaza para los esfuerzos de conservación en zonas críticas de biodiversidad
, concluyó.