Acapulco, Gro. En Paso Texca, una comunidad a 22 kilómetros del centro de Acapulco, se forman largas filas de camiones que esperan ingresar a depositar su carga: la basura orgánica, inorgánica, lodos y cascajo que generó el huracán Otis y que la Dirección de Servicios Públicos Municipales estima en al menos 600 mil toneladas.
La Jornada ingresó al tiradero, donde cientos de pepenadores buscan entre las montañas de desperdicios, materiales y desechos que puedan ser comercializados.
Entre los principales productos que se extraen –que según intermediarios de reciclaje tienen valor– están el aluminio, las láminas galvanizadas y otros objetos de metal, además del plástico PET, ya que empresas, localizadas principalmente en Toluca, se han convertido en los compradores terciarios de los desechos.
El relleno sanitario Paso Texca se fundó en 1997 en 104 hectáreas, en las cuales, hasta antes de Otis, se recibían en promedio 700 toneladas diarias de desechos de la población de Acapulco. Ahora ha resultado insuficiente, al grado que las autoridades municipales han tenido que ampliar el espacio disponible.
Por ahora quedó en pausa la demanda de ejidatarios para que se les devuelvan 45 hectáreas. En abril, el entonces diputado local por Morena Joaquín Badillo Escamilla señaló durante los debates legislativos que la solicitud se presentó en 2022.
El legislador –quien en junio se mudó a la bancada del PVEM– puntualizó en su participación del 11 de abril en el Congreso del estado: Derivado de un mal manejo de los residuos a cielo abierto en el tiradero, ya no se recubren con la capa de tierra y ello provoca que las tinas de lixiviados se rebosen y escurran hasta el arroyo de Texca y el río de la Sabana
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La Jornada ingresó al tiradero sin que los elementos de la Guardia Nacional indicaran que había restricciones y se pudo observar la manera en la que los camiones con desechos generados por Otis pasan la caseta de ingreso sin registrar el peso ni el tipo de materiales que transportan.
En la rampa de pesaje se colocó una llanta en señal de impedimento para utilizar esa área y los vehículos pesados ingresan por una vía lateral hasta la zona de tiro. Allí, personal de la Dirección de Servicios Públicos de Acapulco les informa dónde realizar cada descarga y agilizar su paso.
Mientras, los pepenadores –sin cubrebocas– rescatan los materiales que pueden ser reciclados y los depositan en otros vehículos en los que los llevarán a comercializar a los depósitos cercanos, o bien venderlos a grupos de recolectores provenientes de Toluca, según informaron los encargados de los centros de acopio en la carretera libre México-Acapulco.
Cuando funcionarios municipales detectaron la presencia de La Jornada, pidieron que no se realizaran tomas del lugar en el que también coexisten cientos de buitres, e hicieron una llamada a los elementos de la Guardia Nacional para que evitaran el ingreso de gente ajena a la operación.
El sábado, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, informó que se refuerza diariamente el plan de limpieza de calles
y dio a conocer que, junto con las autoridades estatales, las acciones gubernamentales han llevado a cabo la recolección de basura en 70.87 kilómetros lineales en distintos puntos de Acapulco, como Puerto Marqués, Bulevar Bonfil, Laguna Campestre y Renacimiento.
Han levantado 232 toneladas de basura en la franja de arena, 155 metros cúbicos de material, tierra y árboles cortados en la avenida Escénica; 3 mil 390.78 toneladas de basura, árboles y materiales sólidos diversos en la colonia Zapata. Mientras, en zona Diamante se retiraron 820 metros cuadrados de material de arrastre y en el polígono Renacimiento –calle Circuito Interior Renacimiento, entre avenida Lázaro Cárdenas-Rosales y Eje Central-Vicente Guerrero– levantaron 704 metros lineales de basura.
Beneficio marginal con el reciclaje
En los centros de almacenamiento de productos reciclables asentados cercanos a Paso Texca en la carretera libre México-Acapulco se compra el kilo de lámina de galvanizada (que nueva tiene un costo de entre 300 y 650 pesos dependiendo la medida, que va de dos a seis metros), en 80 centavos, y a ellos les pagan el kilo a 5 pesos.
El metal genérico se paga a 2 pesos el kilo y si se trata de materiales para fierro colado, en 7 pesos. El kilo de papel se paga a 50 centavos y si está seco, un peso.
Por cada colchón pagan 20 pesos, los cuales son quemados para obtener solamente el metal de la estructura, con lo que obtienen hasta 35 pesos por unidad.