Nueva York. Donald Trump Jr. volvió al tribunal este lunes como una especie de testigo de carácter para el imperio inmobiliario de su padre, hablando exuberantemente sobre la “increíble visión” del expresidente y la gama de “grandes proyectos icónicos” en el juicio civil por fraude que se lleva a cabo en Nueva York y en el que está en riesgo el futuro de su empresa.
“Diría que es bueno estar aquí, su señoría, pero tengo la sensación de que la procuradora general me demandaría por perjurio si dijera eso”, bromeó Donald Trump Jr. antes de embarcarse en una detallada historia de la empresa de su padre.
La procuradora general de Nueva York, Letitia James, alega que Donald Trump, su empresa y sus principales ejecutivos, incluidos Eric y Donald Trump Jr., exageraron su riqueza en miles de millones de dólares en sus estados financieros anuales. Los documentos fueron entregados a bancos, aseguradoras y otros para asegurar préstamos y hacer negocios. James intenta obtener el pago de una penalización por más de 300 millones de dólares en lo que ella dice fueron ganancias mal habidas y una prohibición de que los acusados hagan negocios en Nueva York.
Trump Jr habló con entusiasmo de los primeros años de su padre como promotor inmobiliario en Manhattan, de su trabajo transformando adefesios arquitectónicos en prósperos rascacielos, y de la “visión que tenía para hacer las cosas en forma distinta”.
“Es un artista con los bienes raíces. Ve cosas que los demás no ven”, declaró Trump Jr., resaltando los logros de su padre y pasando por alto las quiebras de casinos y otros fracasos.
Trump Jr., un vicepresidente ejecutivo de la Organización Trump, testificó primero durante la presentación de argumentos por parte del estado el 1 y 2 de noviembre. Declaró entonces que nunca trabajó en los estados financieros anuales que están en el centro de la demanda de James. Dijo que confió en el antiguo director de finanzas de la empresa y en contadores externos para que verificaran su exactitud.