Hoy, 12 de noviembre, se cumplen 43 años de celebrar el Día Nacional del Libro en México, establecido por decreto para conmemorar el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz. En abril pasado, el Inegi publicó el porcentaje de la población lectora en el país. Según datos del instituto, en los pasados 12 meses la población lectora se redujo de 71.8 a 68.5 por ciento, lo cual representa una baja.
La lectura ayuda a conformar una visión del mundo. Desde mi niñez me sentí atraído por el acto de leer. Recuerdo que mis novelas favoritas fueron las escritas por Mark Twain y también disfruté mucho lecturas fantásticas como las de Julio Verne y Emilio Salgari.
Relacionados con mi formación política, los textos de don Daniel Cosío Villegas fueron imprescindibles; por ejemplo, su Historia mínima de México, El sistema político mexicano y su célebre ensayo La crisis de México. Otro autor que considero muy importante es Enrique Semo, de quien utilicé su libro México: del antiguo régimen a la modernidad, incluso como apoyo para la impartición de mis clases en la Facultad de Derecho. Jorge Ibargüengoitia es otro autor que disfruté leer y quien con sus Instrucciones para vivir en México nos da lecciones de historia patria y muestra la vida de los burócratas.
Historiador clave en mi vida ha sido Eric Hobsbawm, mientras las novelas de Bernard Shaw han influido en mi pensamiento acerca de la democracia; de él recomiendo leer El carro de las manzanas.
Los libros me impulsaron al oficio de escritor. A los 11 años intenté escribir mi primera novela y años después sería articulista en revistas y periódicos como La Jornada. En 1990 publiqué mi primer libro: La democracia que viene. Ejercicios de imaginación política. La idea nació de observar los acontecimientos, destacando el cambio que había surgido en el pueblo de México. Tuvo buen impacto.
Actualmente, con mi hermano Francisco escribimos nuestras memorias en forma conjunta. El libro, que esperamos se publique próximamente, aporta dos visiones, un tanto contradictorias, acerca de México, él desde su labor periodística y yo desde la política.
La lectura ha sido para mi una fuente de gozo y reflexión por más de 70 años. En todo ese tiempo mis lecturas las hice en papel, ahora poco a poco me mudo a los libros en formato digital, adaptación difícil pero que se impone.